EL PAíS • SUBNOTA
Al hablar ante la Asamblea General de las Naciones Unidas, el Presidente mencionó su política de derechos humanos y el reclamo por Malvinas e introdujo una crítica al doble estándar en materia de contaminación de los países industrializados.
› Por F. C.
Desde Nueva York
En su discurso ante la Asamblea General de las Naciones Unidas, el presidente Néstor Kirchner introdujo su preocupación por el cuidado del medio ambiente y el doble estándar que, sostiene, ponen en práctica los países desarrollados al respetar en sus territorios las prevenciones que no tienen en los proyectos que realizan en los países pobres. Por otro lado, reiteró su condena el terrorismo, pero en esta ocasión lo acompañó de una fuerte crítica a los métodos utilizados por Estados Unidos. “Si para enfrentar a ese terrorismo global se recurre a una violación global de los derechos humanos, el único victorioso en esa lucha será el terrorismo. Sólo se obtendrán avances firmes en esa pelea si se enmarca en el respeto a las leyes locales y las normas y convenciones internacionales sin que complicación alguna excuse combatir al terrorismo con la legalidad”, sostuvo el Presidente.
En apenas quince minutos de mensaje leído, Kirchner sintetizó todos los temas con los que viene machacando en materia internacional. El Presidente habló en la segunda jornada de la asamblea general, con un recinto que se va despoblando a medida que hablan los jefes de Estado y las delegaciones se van disgregando o se enfrascan en encuentros bilaterales en el enorme edificio de la ONU, a orillas del East River. Obviamente, en los lugares correspondientes a la delegación argentina no había más localidades, con Cristina Kirchner y el canciller Jorge Taiana en primera fila.
A la presidenta de la Asamblea, Haya Rashed Al Califa, del reino de Bahrein, le costó horrores presentarlo, también pronunciar “Argentina”. Su foja de servicios destaca su dominio del árabe, el inglés y el francés, pero indudablemente Haya tiene el castellano en falta. No obstante, caballero, Kirchner comenzó ponderando su designación al frente de la asamblea. “Es muy trascendente que una mujer asuma ese rol”, destacó.
El Presidente arrancó poniendo en relevancia la política de derechos humanos, que consideró “un cambio de paradigma”. “La anulación por el Congreso de las leyes que consagraban la impunidad, la declaración de inconstitucionalidad y la de los indultos por los tribunales de nuestro país y la reapertura de más de mil causas judiciales por crímenes de lesa humanidad, algunas de las cuales han concluido condenando a los torturadores, son hitos de ese cambio”, sostuvo, justo el día después de la condena al represor Miguel Etchecolatz.
La condena al terrorismo, uno de los puntos que Estados Unidos colocó al tope de la agenda internacional, es un clásico en las intervenciones de Kirchner en la Asamblea, siempre con el recuerdo de los atentados a la Embajada de Israel y la AMIA, en Buenos Aires. La diferencia en esta ocasión fue que lo hizo acompañado de una condena igual de firme a los métodos ilegales para combatirlo. No hacía falta que aclarara que se refería a la prácticas reconocidas recientemente por George Bush sobre detenciones fuera de la ley y cárceles clandestinas.
Aunque de manera más compacta que en otras ocasiones, el Presidente hizo un sobrevuelo sobre la situación económica argentina. Como en todo ámbito en que le den la posibilidad, mencionó que la recuperación se había logrado sin el FMI. “El mundo ha cambiado y esos organismos no, pero insisten en poner en riesgo los avances con su intervención equivocada”, sostuvo. Volvió a reclamar la reforma de los organismos “de manera que resulten funcionales al progreso de las naciones de menores recursos”.
Por primera vez en las Naciones Unidas, Kirchner introdujo su preocupación por la situación del medio ambiente, disparada a partir del conflicto por las papeleras de Fray Bentos. “Al desarrollar sus industrias los países más industrializados han usufructuado de un verdadero subsidio ambiental del resto de los países, que conforman hoy con su atraso relativo una verdadera reserva ecológica mundial”, precisó.
Como cierre, Kirchner puso énfasis en el reclamo por abrir una negociación con el Reino Unido por las Malvinas, un tradicional reclamo argentino con un reiterado aval de la ONU. “No obstante, deseamos reafirmar una vez más la permanente disposición de nuestro país a un diálogo constructivo con el Reino Unido y exhortar a este país a dar pronto cumplimiento al pedido de la comunidad internacional de reanudar las negociaciones”, concluyó.
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