En algún momento del mes de octubre, el fiscal federal Alberto Nisman, encargado de la investigación del atentado contra la AMIA, emitirá una resolución en la que le adjudicará la responsabilidad por el ataque a la organización libanesa Hezbolá y seguramente le endilgará la autoría intelectual al régimen de Irán. El fiscal renovará varios pedidos de captura que en su momento fueron dictados por el depuesto juez Juan José Galeano, entre ellos las de quienes fueron diplomáticos iraníes en la Argentina, como el ex agregado cultural de Teherán, Moshen Rabbani. La resolución es muy esperada por el gobierno norteamericano y también por la dirigencia judía de ese país, ya que se incluirá entre las acusaciones internacionales que la Casa Blanca viene acumulando y que, tal vez, sean la base para una operación armada contra Irán.

En el reciente encuentro entre los dirigentes de la comunidad judía norteamericana, la primera dama Cristina Kirchner y el canciller Jorge Taiana ocurrió lo que Página/12 viene anticipando desde hace diez días: se habló poco y nada de un supuesto rebrote del antisemitismo en la Argentina y lo prioritario fue la presión para que el país rompa relaciones con Irán y tome distancia de Hugo Chávez, hoy un fuerte aliado del polémico presidente iraní Mahmud Ahmadinejad. El inminente fallo de Nisman es muy esperado en Estados Unidos, al punto que hasta se hizo un reclamo a la delegación argentina porque el fiscal se está demorando demasiado, según la óptica que predomina en el Norte.

Nisman resolvió emitir nuevas órdenes de captura ya que el plenario de Interpol consideró inválidas las dictadas por un juez –Galeano– que fue destituido por gravísimas irregularidades. Anteriormente, las capturas de Galeano habían sufrido otro traspié. El ex embajador de Irán en Buenos Aires Hadi Soleimanpour fue detenido en Londres y cuando se enviaron las pruebas para sustentar el pedido de extradición a la Argentina, la justicia británica consideró insuficientes las evidencias.

Según trascendió, Nisman dice que tiene nuevas pruebas y que sus ordenes de captura –que deberán ser aceptadas por el juez Rodolfo Canicoba Corral– estarán bien sustentadas. En su momento Galeano no acusó al gobierno de Irán, sino que habló de elementos radicalizados de ese régimen. Esta vez, parece que la imputación será directamente contra el conjunto del gobierno iraní de la época del atentado.