EL PAíS
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Dos cucharas
El acercamiento entre Menem y Duhalde ha dado lugar a muchos comentarios obvios y a un chiste con moraleja. Dice que durante su último viaje a España, el ex intendente de Lomas de Zamora y la señora de Duhalde fueron invitados a comer con los reyes en el palacio de la Zarzuela. Cuando acababan se sentarse, un ujier trajo un mensaje a Don Juan Carlos quien, algo incómodo, dijo: “Me informan que están de paso Carlos Menem y su esposa. ¿Les molestaría que los hiciera pasar?” Furioso pero resignado, el senador Duhalde accedió. Durante la comida, su esposa le señaló la vajilla y los cubiertos de oro y le dijo que quería una pieza. “Chiche, no podemos”, masculló él, torciendo la boca. “Negro, te dije que quiero una.” En cuanto pudo, Duhalde tomó una cuchara y la deslizó en su bolsillo. Cecilia Bolocco vio la maniobra y no quiso ser menos. Acarició la mano de su marido y le pidió el regalo. “Enseguida Chechu, respondió Menem” con una sonrisa. Después de los postres anunció que iba a hacer un número de magia. Tomó la cuchara, la guardó dentro de una servilleta que exhibió con gesto profesional. Después de unos pases dejó caer la cuchara en su bolsillo, sacudió la servilleta, mostró que no había nada y dijo. “Ahora voy a hacer aparecer la cuchara. Eduardo, fijate en tu bolsillo.” La moraleja: “Los dos son chorros, pero uno es más astuto”.
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