EL PAíS
• SUBNOTA › AUNQUE FUE AMENAZADO, ZAMORA NO CREE EN MAGNICIDIOS
“Esto es parte de la campaña”
› Por Eduardo Tagliaferro
Primero habían sido algunos llamados telefónicos amenazantes. Luego le tocó recibir dos notas en las que un comando denominado “Fuerzas Armadas Republicanas, Guerrilleros de Cristo, Julio Glorioso”, le decían de que en nombre de lo que identificaron como “valores occidentales y cristianos”, había sido condenado a muerte en caso de que en 10 días no abandonara “el territorio de la república”. La amenaza tuvo el formato de correo electrónico. Anteayer a la noche en la computadora del diputado Luis Zamora había ingresado el primero de ellos. El segundo llegaría en la tarde de ayer. No fue llamativo que el remitente fuera de un tal Rafael Videla. Tampoco que se registrara en el portal Yahoo como nacido el 24 de marzo de 1976. Menos aún que revelaran algunos datos que dejaban en claro que habían realizado inteligencia sobre el parlamentario y sus seguidores. Para el legislador, el hecho no tiene nada en común con la campaña sucia denunciada por Adolfo Rodríguez Saá y Néstor Kirchner. En diálogo con Página/12, Zamora no dudó en calificar como “irresponsables” a los dos precandidatos justicialistas, ya que para él “ambos utilizan las denuncias como parte de la campaña proselitista”.
Al cierre de esta edición, Zamora se aprestaba a entrevistarse con el ministro de Justicia y Seguridad Interior, Juan José Alvarez. El funcionario se había mostrado diligente y ni bien el diputado lo llamó para ponerlo al tanto de las amenazas que había recibido lo citó en su despacho.
En los últimos días y casi en simultáneo con las diatribas que le destinó el jefe de Gabinete, Alfredo Atanasof, Zamora comenzó a recibir sospechosos llamados telefónicos. En uno de ellos le hicieron escuchar la música de la película El Golpe. En otro susurraron gemidos. En el último, una voz grabada le pedía que “dejara de hacer denuncias”. Como advertencia le comentaban: “Si no te vamos a tirar carne podrida como hicimos con Elisa Carrió”.
Pero lo de los correos fue distinto. Tuvo el tono que solía emplear la Triple A cuando invitaba a los amenazados a irse del país. Así lo reconoció el propio Zamora. El texto del primer correo del grupo comando tenía el formato de una sentencia judicial. Hablaban con frases ya repetidas en la historia. Frases como: “Vamos a cortar la cabeza de la hiedra roja” o “Tenemos la convicción de nuestras benditas y sagradas convicciones”. Invocaciones a “la Virgen de Luján” y al “Occidente cristiano”. En la parte resolutiva, el texto dice que los integrantes del supuesto comando decidieron “condenar a muerte a Luis Zamora”. Paso seguido le dan 10 días para que abandone el país. También le comentan que han dado instrucciones a “nuestras brigadas operativas” para que cumplan con la condena. En el segundo correo, luego de decirle que las horas corren, le dan datos como domicilios particulares, algunos teléfonos y fechas y horarios de reuniones que el diputado tenía prevista concretar en los próximos días.
“Hay una disputa feroz entre menemistas y duhaldistas, pero queda claro que yo no tengo nada que ver con la interna peronista”, comentó Zamora a este diario intentando comprender el origen de las amenazas.
El legislador no cree “que esto pudiera venir del gobierno”. La evaluación no impide que Zamora “responsabilice al gobierno ante cualquier hecho que pudiera ocurrirle tanto a él como a alguno de sus seguidores”. Si bien intentó no magnificarlo, el diputado no minimizó las amenazas que recibió. Las diferenció de las denuncias hechas por Rodríguez Saá y Kirchner. “Me indignan estos tipos, porque cuando pasa algo en serio no es tomado en toda su dimensión ya que ellos utilizan las denuncias como parte de su campaña”, y sostuvo que ambos “están lejos de romper con este tipo de prácticas, ya que acompañaron a Carlos Menem por más de 10 años”.
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› Por Eduardo Tagliaferro