EL PAíS
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Una novia por Internet
Quienes lo conocen describen a Enrique José Piana como alto, rubio, siempre bronceado y enfermo por la ropa y los autos. Lo llamaban “El Duque”, usaba Kenzo y se creía el Joyero de la República. Pero no utilizó esos atributos para conquistar a su novia norteamericana, que conoció por Internet. Durante nueve meses vistió el mameluco anaranjado que usan los presos en ese país, y luego siguió bajo vigilancia, con una pulsera en el tobillo. Antes de aceptar ser extraditado vivía en un balneario cercano a Atlantic City, junto a la nueva novia que enamoró en la web. Piana –48 años, separado con dos hijos adolescentes– piensa que pronto recuperará su libertad, aun antes del juicio oral. ¿Qué hará? No se quedará a hacer negocios en la Argentina. Sus allegados comentan que “una esposa norteamericana puede ser un buen motivo para volver a ese país”.
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