La posible candidatura a presidente para las próximas elecciones de la senadora Cristina Fernández de Kirchner se hace cada vez más fuerte. Al menos eso se deja entrever en las declaraciones de funcionarios oficialistas que, en algunos casos, tomaron al vuelo los dichos del ex presidente Eduardo Duhalde sobre la “falta de experiencia de gestión” de la primera dama. El gobernador mendocino, el radical K Julio Cobos, aseguró ayer que “la senadora tiene una historia política mucho más grande que la mía”, detrás de lo que aclaró que “yo llegué a la gobernación sin haber sido concejal ni diputado ni intendente. Sólo fui ministro y decano de universidad”, respondiendo al ex caudillo del PJ bonaerense. “Tiene todo el derecho como ciudadana y mujer, en este caso de la política, a ser candidata y, además, tiene un importante consenso en la ciudadanía”, graficó luego el posible candidato a la vicepresidencia por el kirchnerismo en caso de una fórmula de concertación.

Alberto Fernández, jefe de Gabinete, también le contestó a Duhalde cuando afirmó que no creía que “Cristina no tenga experiencia de gestión porque durante todos estos años no solamente fue la esposa del Presidente sino que, fundamentalmente en términos políticos, es una dirigente autónoma con una enorme capacidad de criterio, cuyas opiniones nunca fueron dejadas de lado y que nos ayudaron a corregir muchas decisiones que tomamos”, y finalizó diciendo que “me parece que podría ser una presidenta extraordinaria en este tiempo de la Argentina”. En un acto en Boulogne, el gobernador bonaerense, Felipe Solá, después de destacar que no había “ninguna seguridad de que nuestro Presidente se presente como candidato, sino que, más bien, hay grandes posibilidades de que la candidata sea la senadora Cristina Fernández”, resaltó que ese escenario “probaría algo muy importante: que no es una cuestión de personalismo”. Después de calificar la actual gestión como “un huracán para adelante, en el mejor sentido”, remarcó que el proyecto a futuro que había puesto en marcha el Gobierno no pasaba “por un hombre providencial, sino por una gestión”.