–¿Cuáles son estas pistas firmes que dicen tener respecto de la desaparición del testigo Jorge Julio López?, preguntó Página/12 al virtual número dos en Derechos Humanos de la Nación Rodolfo Mattarollo.

–(El ministro de Seguridad bonaerense León) Arslanian afirmó el 17 de febrero que hay grandes y sólidos progresos en el caso López, y eso es lo que informé a la CIDH.

–Pero, ¿ustedes saben en qué consisten esos avances?

–Lo sabe el juez (federal Arnaldo) Corazza, pero no se pueden difundir por el secreto de sumario. Nosotros lo sabemos pero debemos manejarnos con reserva total. El hecho de que haya progresos muy sólidos es muy auspicioso, es un tema de interés para la Comisión.

–¿Podría decirse que las pistas llevan hacia personal retirado o en actividad, policial o militar?

–Nosotros en la audiencia hicimos la siguiente interpretación. Las resistencias a los juicios son de dos tipos: a través de maniobras dilatorias de tipo procesal, sobre todo ante la Cámara de Casación, por lo cual el Consejo de la Magistratura decidió el 15 de febrero pedirle a ese tribunal un informe pormenorizado de todos los expedientes demorados. La otra línea es la de las amenazas y actos criminales, como los casos López y Gerez, que deben tener una respuesta dentro del marco de la ley.

–Ante el efecto de atemorizar e intimidar a quienes participan en los procesos por violaciones a los derechos humanos, y con los casos López y Gerez sin resolver, ¿cómo es posible apuntalar la política de los juicios?

–Esa política es imparable, hay un gran apoyo de la sociedad y son sectores aislados los que se oponen. Hay que reforzar la actividad del Estado y coordinarla. En eso estamos de acuerdo con el CELS, y nosotros propusimos que hubiera un seguimiento concreto en Argentina de las recomendaciones de la CIDH. Hay que reforzar la protección de los testigos y evitar la dilación de los procesos. Pero estamos muy conformes por el respaldo explícito que nos dio el presidente de la CIDH al cerrar la audiencia.