EL PAíS • SUBNOTA
Para el politólogo brasileño Luiz Alberto Moniz Bandeira, el hecho de que Bush pase dos días en Uruguay y sólo uno en Brasil demuestra que el líder norteamericano no tiene una agenda clara y sólo busca hacer campaña en contra del Mercosur.
› Por María Laura Carpineta
El politólogo brasileño Luiz Alberto Moniz Bandeira no duda del fracaso de la gira de George Bush. Durante su visita a Buenos Aires para presentar su nuevo libro, La formación del imperio americano (Ed. Norma), habló con Página/12 y aseguró que la visita a Uruguay, que comenzó anoche, tendrá como único objetivo el debilitamiento del Mercosur. “Estados Unidos no tiene ningún interés económico en Uruguay”, aseguró el politólogo. También descartó que Luiz Inácio Lula Da Silva logre algún tipo de acuerdo concreto para la ronda de Doha en la OMC o para reducir los aranceles para las exportaciones brasileñas de etanol.
–¿Por qué Bush decidió ahora hacer una gira por América latina?
–Porque no tiene a dónde ir. Entonces viene aquí a decir que está a favor de Latinoamérica y que le preocupa lo que pasa aquí. No tiene más significación que ésa. Además, es extraño que pase un día en Brasil y dos días en Uruguay. No hay un plan regional detrás de esta gira.
–¿Y por qué cree parece poner más énfasis en Uruguay que en Brasil?
–Bush no puede dejar de visitar a Brasil, es el país con más masa territorial y demográfica en el continente después de Estados Unidos. Pero no hay que esperar grandes cambios con esta visita. El acuerdo sobre el etanol no es más que un acuerdo sectorial, importante pero sectorial. Además, Estados Unidos seguramente no reducirá o anulará los aranceles para las exportaciones brasileñas de etanol.
–¿La visita tampoco servirá para agilizar las negociaciones en la ronda de Doha en la OMC?
–No va a haber avances, porque Estados Unidos mantiene las demandas que presentaba con el ALCA para liberalizar el sector agrícola: abrir el sector de compras gubernamentales y la propiedad intelectual. En el primer caso, Brasil perdería la capacidad de hacer su política industrial. En el segundo, perdería soberanía, ya que cualquier conflicto entre una empresa nacional y una extranjera no sería resuelta por un tribunal brasileño, sino por un comisión de arbitraje internacional.
–¿Y en Uruguay Bush encontraría condiciones más favorables para negociar?
–Tal vez haya mejores condiciones. A diferencia de Brasil, aquí hay sectores del gobierno que sí quieren una alianza económica fuerte con Estados Unidos. Pero de todas maneras creo que será muy difícil que logre que Uruguay firme un Tratado de Libre Comercio. Ellos saben que si firman este acuerdo perderían los mercados de Brasil y Argentina. ¿Y para qué? ¿Para exportar más cereales y carne a Estados Unidos? Además, perdería las inversiones de los socios mayoritarios. ¿Quién va a querer invertir en un mercado de sólo tres millones de habitantes? ¿Una superpotencia como Estados Unidos?
–Y por fuera del TLC, ¿qué podría estar buscando Bush?
–Bush no tiene ningún interés económico en este país. Su único objetivo es hacer campaña contra el Mercosur. Las ofertas comerciales de Estados Unidos a Uruguay buscan sólo un efecto político.
–¿Por qué Bush no sumó entonces a Paraguay, que es el otro socio débil del bloque? En Asunción, también hubo funcionarios que pidieron un TLC con Estados Unidos...
–En Paraguay sólo se habló del tema muy superficialmente. Además, es todavía más impensable que se salgan del Mercosur que en el caso uruguayo. Paraguay tendría que pagar aranceles en Brasil y Argentina para poder exportar a cualquier parte del mundo. ¡Si no tiene salida al mar! Paraguay no puede separarse del eje Brasil-Argentina.
–¿Por qué es importante para Bush debilitar al Mercosur? ¿Cuál es la verdadera importancia de Latinoamérica para Estados Unidos?
–El concepto de América latina es muy grande. Primero hay que diferenciar a México, que destina entre el 80 y 90 por ciento de sus exportaciones a Estados Unidos, y los países de Centroamérica, que viven de las remesas en dólares que envían sus ciudadanos desde Estados Unidos. Entonces nos queda Sudamérica. Ahí lo importante son los recursos energéticos. Alrededor del 26 por ciento de las importaciones de petróleo de Estados Unidos proviene de esta región, principalmente de Venezuela y del resto de los países andinos. Casi lo mismo que importa de Arabia Saudita. También está el acuífero guaraní, que se reparte entre los cuatro miembros fundadores del Mercosur, Brasil, Argentina, Uruguay y Paraguay. Y, por último, la biodiversidad de la Amazonia.
–¿Son estas razones entonces las que explican la gira?
–En última instancia sí. En realidad, Bush no vino porque la región se está corriendo a la izquierda, como dicen. O porque Estados Unidos quiera cambiar su política hacia los países latinoamericanos. Bush vino porque su país ya no puede influir como influía antes. En los sesenta y en los setenta fueron promotores de los golpes de Estado en Brasil y en Chile. Sin embargo, hace cinco años no pudieron derrocar a Chávez, aunque lo intentaron. Entonces, ahora a dos años de irse y después de perder el Congreso, Bush viene a ver si puede influir un poco. Por eso lanzó ese ridículo paquete de ayuda social, que equivale a lo que gastan en Irak en cinco días. No es nada más que un plan asistencialista, que fracasará como lo hizo la Alianza para el Progreso.
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