EL PAíS • SUBNOTA
En Santa Fe fotografiaron al ex suboficial del Ejército Nicolás Correa violando la prisión domiciliaria y piden que lo envíen a una cárcel común.
› Por Juan Carlos Tizziani
Desde Santa Fe
El secretario de Derechos Humanos de Santa Fe, Domingo Pochettino, llevó ayer al juez federal Reinaldo Rodríguez las pruebas fotográficas de que uno de los represores de la dictadura, el ex suboficial del Ejército Nicolás Correa, detenido por crímenes de lesa humanidad, violó su prisión domiciliaria por lo menos dos veces en los últimos tiempos. Y le pidió al magistrado que revocara el beneficio que concedió al militar y lo mandara a una cárcel común. Correa está procesado por los delitos de “tormentos, privación ilegítima de la libertad, coacción, vejaciones y apremios ilegales” y está pendiente su indagatoria por “asociación ilícita”, que ya pesa sobre otros imputados en la causa, entre ellos el ex jefe del Destacamento de Inteligencia Militar 122 de Santa Fe, coronel Domingo Manuel Marcellini, quien también goza de la detención domiciliaria en Mendoza.
Correa tuvo actividad pública hasta el primer gobierno de Jorge Obeid, cuando se desempeñó como número dos de la Subsecretaría de Seguridad Pública de la provincia, entonces a cargo del teniente coronel José Bernhardt.
“El Tío” –como lo llamaban sus víctimas– fue fotografiado por reporteros locales en plena calle, cuando caminaba en las cercanías de su casa, en el barrio Candioti, sin autorización judicial. Los fotos fueron tomadas los días 12 y 17 de noviembre del año pasado, en la esquina de Alvear y Maipú, a metros de la casa del represor, pero fueron publicadas recién ayer en el diario Uno, de Santa Fe. Los dos periodistas que hicieron la investigación, Nicolás Lovaisa y Carolina Niklison, también fueron ofrecidos como testigos.
Pochettino le pidió al juez Rodríguez que mandara a Correa a una cárcel común, porque éste “ha violado las condiciones de detención. La prisión domiciliaria es un beneficio, pero en este caso se está convirtiendo en un privilegio, ha sido violada, hay pruebas fehacientes de eso. Por eso le pedimos al juez que revoque esa medida. Y que además estudie la situación de los demás detenidos por crímenes de lesa humanidad, porque creemos que todos tienen que estar en cárceles comunes”, dijo en un diálogo con Rosario/12.
Pero el pedido de Pochettino para que Correa vaya preso tendrá que esperar. El juez Rodríguez tiene licencia hasta mañana y no hay ningún subrogante legal que se haga cargo de la causa en ausencia del magistrado. La investigación de los crímenes de la dictadura en Santa Fe provoca excusaciones en cascada: el primero que se apartó fue el ex juez federal número 2, Francisco Miño, pero cada vez que se sortea un juez ad hoc para que tramite el expediente, los abogados de la matrícula se excusan uno tras otro.
Ya hace tiempo que el fiscal Eduardo Grioglio solicitó la designación de un juez subrogante toda vez que Rodríguez no está en condiciones de actuar. El planteo llegó hasta la Corte Suprema de Justicia de la Nación, pero, hasta ahora, no hubo respuestas del Consejo de la Magistratura de la Nación ni de la Cámara Federal de Rosario.
Pochettino ya había solicitado al juez Rodríguez que controlara la detención domiciliaria de los represores ante la sospecha de que violaban el régimen. “Tráigame pruebas”, le pidió el magistrado. Fue en octubre del año pasado, en medio de una ola de amenazas e intimidaciones a jueces y fiscales, entre ellos el propio Rodríguez y la ex fiscal Griselda Tessio, que alcanzó también a testigos y querellantes por delitos de lesa humanidad.
“Cuando ocurrieron esos hechos me comuniqué con el doctor Rodríguez, que me pidió que le acercara pruebas porque él no podía hacer nada. Bueno, ahora se las traigo. Este trabajo de investigación que han hecho estos periodistas y que nos han presentado a nosotros nos permite acercar las pruebas que me había pedido el juez”, explicó Pochettino, en las puertas del Juzgado Federal de Santa Fe.
–¿Puede ocurrir lo mismo con otros represores que también gozan de la detención domiciliaria? –se le preguntó.
–Entendemos que si hay gente como Correa que viola este beneficio no es aventurado suponer que otros lo hagan porque han violado leyes de la democracia mucho más importantes. Entonces ¿por qué pensar que no lo van a hacer? Además, sería una garantía para los testigos en las causas que puedan declarar con toda tranquilidad sin que estos personajes anden libres por la calle. Esto tendrá que valorarlo el juez. Lo que nosotros pedimos es que revoque la prisión domiciliaria de Correa, pero también que estudie la situación de los demás detenidos –contestó Pochettino.
Hoy, sólo tres detenidos en la causa no están en su casa: el ex juez federal Víctor Brusa y los ex policías Eduardo Ramos y María Eva Aevi, los dos primeros en el cuartel de Bomberos Zapadores y la segunda en la Estación de Tránsito de Mujeres. Los demás gozan de la prisión domiciliaria: Correa, Marcellini, el ex jefe del Area 212 de Santa Fe, coronel Juan Orlando Rolón, y los ex comisarios Mario Facino (ex presidente comunal de San José del Rincón), Juan Calixto Perizzotti y Héctor Romeo Colombini.
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