Mié 07.08.2002

EL PAíS • SUBNOTA

Todo fue antiimperialismo en la marcha y en la Plaza de Mayo

› Por Laura Vales

¿Qué significa para los desocupados, estatales, asambleístas y maestros que ayer se movilizaron a Plaza de Mayo la figura de Paul O’Neill y su presencia en la Argentina? Para Pablo Guevara, trabajador del Estado, “el peligro de que el Gobierno impulse un nuevo ajuste, lo que implicará más despidos”. Para Marcelo Brizuela, de la asamblea de Villa Luzuriaga, “una mala señal, porque es representante de la política que nos dejó sin nada”. Mario Baeza Madruga, desocupado, marchó contra O’Neill porque ve en él “a los que nos prestan 100 dólares para cobrarnos 500”, mientras que Sergio, trabajador aeronáutico, dijo que siente la visita del secretario como “una tomadura de pelo. Porque el FMI no nos va a dar nada”, asegura más que sospecha, “y encima va a presionar para que el país acepte la política de cielos abiertos, con lo que mi trabajo se puede ir al bombo”.
Los cuatro estuvieron en la movilización que ayer fue desde el Congreso hasta la Casa Rosada, encolumnados tras una cabecera con la consigna “Fuera O’Neill y el FMI de la Argentina”. La protesta convocada por la Central de Trabajadores Argentinos, la Corriente Clasista y Combativa, los organismos de derechos humanos y medio centenar de organizaciones sociales nucleadas en la Multisectorial Nazareth fue el primero de los actos y manifestaciones que acompañarán la fugaz estadía del funcionario en Buenos Aires. Asistieron cerca de 5.000 personas.
Para el repertorio de la protesta que se viene viendo desde diciembre hasta hoy, hubo imágenes novedosas. Los manifestantes entraron en la Plaza cantando “la Argentina no se vende”; antes de la desconcentración un grupo de ex combatientes de Malvinas quemó una bandera norteamericana. Ambas postales definieron el espíritu del día, pero no fueron lo único distinto respecto a movilizaciones anteriores. Esta vez se vio a grupos de infantería esperando el paso de los marchantes en las veredas de Avenida de Mayo y 9 de Julio. Hasta ahora, los efectivos policiales habían formado esos cordones a una cuadra de distancia del paso de los manifestantes.
Los desocupados se ubicaron al frente de la columna. Llegaron como acostumbran a movilizarse en los cortes de ruta, con la familia entera. Algunos con banderas argentinas, los más con pancartas de comedores populares. Detrás se ubicaron los gremios (maestros, estatales, judiciales, aeronáuticos), los organismos de derechos humanos, el Frenapo, un grupo de asambleas barriales y partidos políticos como el ARI y el Polo Social.
No hubo un acto con oradores, sino que se difundió un documento que había sido redactado en conjunto. Lo leyó Nora Cortiñas, de Madres Línea Fundadora.
“Tras varias décadas de sumisión a los dictados de Washington y el FMI, la historia muestra que la deuda externa ha sido la principal herramienta política de la dominación imperialista”, señaló el texto. “La consecuencia de este sometimiento se mide en la enajenación de las empresas públicas, los recursos naturales, el avasallamiento de los derechos laborales, más del 40 por ciento de los trabajadores de nuestro país desocupados y subocupados, mientras padecen pobreza extrema más de quince millones de personas”.
El documento también denunció que “luego del asesinato de los dos compañeros de la Coordinadora de Trabajadores Desocupados Aníbal Verón, lejos de desactivarse la represión y la persecución a militantes ésta continuó bajo la forma solapada del accionar de Grupos de Tareas, que aprietan, torturan y persiguen a los luchadores populares”.
Un tono similar eligió Víctor De Gennaro, titular de la CTA, para referirse a la visita de O’Neill.
–¿Cree que el Fondo va a ayudar a la Argentina? –le preguntaron.
–Yo quisiera no nos ayudara –dijo él–, porque la ayuda que nos dio fue llevarse nuestras empresas, nuestras tierras y ahora quieren nuestras vidas. Cada vez que han venido a darnos algo se llevaron 20 veces más. Las asambleas barriales pasaron por la Plaza con críticas a la falta de unidad que impidió realizar una gran actividad conjunta de repudio, desacuerdo que expresaron con carteles con consignas como “No a la división frente al FMI. Marchamos el 6 y el 7. Asamblea de Villa Luzuriaga”. Con este criterio, algunas que marcharon ayer volverán a hacerlo esta tarde.
La marcha finalizó sin incidentes. Cuando se cantó el Himno estaba atardeciendo. Los medios se demoraron para filmar la quema de la bandera que ex combatientes y desocupados llevaron a la Pirámide de Mayo. Los manifestantes se desconcentraron cantando “Fuera el fondo y O’Neill de la Argentina, fuera los yanquis de América Latina”. Media hora más tarde, en la calle sólo se oían sirenas de patrulleros.

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