“Crear un laboratorio público en la ciudad de Buenos Aires, con facultades para producir los fármacos esenciales, será un importante paso en el acceso a la salud para toda la población”, aseguró Claudio Capuano, de la Red Nacional de Laboratorios Públicos. Según el profesional, la producción estatal permitiría “cubrir el 90 por ciento de las enfermedades con la cuarta parte del costo, contribuiría al desarrollo de la ciencia y técnica y ayudaría a obtener nuevos fármacos para patologías como el mal de Chagas”.

“Encuadrada en una política de Estado sobre medicamentos, la ley de creación de un Laboratorio Estatal en la ciudad de Buenos Aires hará posible un mejor acceso de la población a la salud”, subrayó Capuano, coordinador de la Cátedra de Salud y Derechos Humanos de la Facultad de Medicina de la UBA e impulsor de la flamante Red Nacional de Laboratorios Públicos Productores de Medicamentos.

Capuano sostuvo que “todas las compras del Plan Remediar –sustentado por el Ministerio de Salud nacional– podrían efectuarse a laboratorios públicos y costarían menos de la cuarta parte de lo que ahora gasta el Estado”. El especialista puntualizó que “según los datos oficiales, los 48 medicamentos que compra el Remediar sirven para el 90 por ciento de las patologías y alcanzan a 16 millones de personas. Son productos con patente vencida. Ni siquiera se trata de que los laboratorios estatales salgan a vender al mercado, sino de redireccionar la plata que el propio Estado viene gastando”.

Además, “no se trata de que los laboratorios estatales sean meros productores de medicamentos preexistentes, sino de que mejoren la calidad de drogas: es el caso del ácido paraaminosalicílico, que se usa para la tuberculosis multirresistente y es producido sólo por el Taller Protegido Nº 4, en la ciudad autónoma. Y podría ser el caso de los antichagásicos: el benznidazol, desarrollado hace más de 30 años por científicos argentinos, pasó a ser producido por un laboratorio multinacional, que eventualmente discontinuó su fabricación. Ahora lo elaborará un laboratorio estatal brasileño”.

–No existen hasta ahora formas pediátricas para ese medicamento contra el Chagas, pese a que su uso más importante es en niños, ¿podrían desarrollarlas los laboratorios estatales? –preguntó Página/12.

–Seguramente –contestó Capuano–; tampoco hay formas pediátricas para los antihipertensivos: hay que elaborarlas artesanalmente o comprarlas al exterior, pagando miles de dólares por lo que aquí costaría centavos.

Capuano subrayó que “para todo esto, la acción de los laboratorios estatales debe articularse en una política de Estado. Su desarrollo también permitiría dar trabajo a miles de científicos argentinos que están emigrando. La vinculación entre los laboratorios, las facultades de Farmacia y de Ciencias Exactas y la Secretaría de Ciencia y Técnica de la Nación permitiría lograr un impacto estratégico formidable”.