El juez federal Daniel Rafecas quiso ver para creer y montó una inspección en la División de Legajos Personales (de la Policía Científica) de la Policía Federal, en el edificio de la calle Azopardo. Encontró el segundo y el cuarto piso lleno de legajos de color amarillento visiblemente desordenados. Le informaron que allí hay 20 millones de legajos y que no están digitalizados. Cada uno contiene documentación personal y registro de todos los trámites hechos en la Policía, información que suelen solicitar los jueces. Por eso mismo en el lugar –donde trabajan 70 personas que van rotando– hay personal las 24 horas. Al operativo concurrieron funcionarios de la fiscalía y varios abogados defensores. La sensación que se llevaron algunos es que “cualquiera puede llevarse una carpeta de ahí”. Otros quedaron perplejos ante la situación de colapso del lugar.