Clara Rojas también habló y contó que a dos o tres meses de estar secuestrada, ella y su compañera de fórmula Ingrid Betancourt intentaron escapar. “No tuvimos suerte porque nos perdimos. Fue así de sencillo”, relató ayer la ex candidata a la vicepresidencia en una entrevista con la radio colombiana La W. El problema fue que era de noche y cuando quisieron adentrarse en la selva empezaron a caminar en círculos. Al poco tiempo, los guerrilleros las encontraron. Como castigo las mantuvieron encadenadas durante 15 días y después se las sacaban sólo para dormir.

Para Clara todo eso parece ahora muy lejano. Ayer se levantó y tenía a su madre al lado. Disfrutando de su nueva libertad, la dirigente colombiana relató algunas intimidades sobre los años que pasó en la selva. La que más sorprendió fue su distanciamiento con su amiga Ingrid Betancourt. “Digamos que se agrietó un poco la comunicación entre las dos y cuando ya nos juntan con otros grupos, nosotras no estábamos sincronizadas como antes. Finalmente, uno no enfrenta bien los problemas y ahora creo que habríamos podido tener una relación más abierta y con un poco más de buen humor”, explicó.

Para ella, los problemas empezaron después del fallido escape. “Perdimos muchas cosas por la depresión. Ella no comía, yo tampoco. Ella se sentaba en una esquina y yo en otra. Era una situación muy triste y nos dejamos llevar”, aseguró. Sin embargo y a pesar de las rispideces, Betancourt fue la primera en enterarse de su embarazo. “Voy a lo de un comandante y me hice la prueba de orina. Cuando vuelvo, con la primera persona que lo comento es con Ingrid. Estábamos también con Luis Eladio Pérez (senador secuestrado) y me dijeron: ‘Clara, cualquier decisión que tome la vamos a apoyar’”, recordó. Fue entonces que les comunicó a las FARC que iba a tener al niño.

La relación de las dos mujeres duró hasta 2004, cuando la guerrilla divide a los rehenes en dos grupos y cada una termina en un campamento distinto. Desde entonces no sabe nada de ella. En esa separación, Rojas también perdió a su hijo, Emmanuel. “Pensé que me lo iban a devolver en 15, días pero pasaba el tiempo y no pasaba nada. Nos unimos a otro grupo, en otro campamento, y nadie me daba información sobre el niño”, contó.

Rojas ya habla más tranquila. Sabe que Emmanuel está sano y la está esperando en Bogotá, donde seguramente se reunirán en los próximos días. Sin embargo, todavía prefiere no hablar sobre la identidad del padre de su hijo. “No he tenido la oportunidad de comentarle al padre. La realidad es que no tengo noticias de dónde está ni posibilidad de comunicarle la situación. Todo eso lo afronto yo sola”, dijo. Hace tres años, Rojas tuvo a Emmanuel en cautiverio con un guerrillero. Ni la guerrilla ni ella han querido hablar de esa relación.