El cine político-militante vive un momento de hiperactividad, a la par del incremento en las luchas que emprenden diversas agrupaciones sociales. El punto de inflexión para esta experiencia artística ocurrió el 20 de diciembre de 2001: aquel jueves caluroso significó –además del paso de una Argentina a otra– una fecha clave que funcionó como disparador de estos registros audiovisuales. El Movimiento Argentina Resiste (MAR), nacido este año con la idea de proclamar que “la Argentina existe y resiste a un destino de empobrecimiento material, cultural e intelectual”, según señalan sus miembros (intelectuales, artistas, científicos y periodistas), programó el ciclo “Documentos de la Resistencia”, que contiene buena parte del material captado por estos cineastas (ver recuadro). Hoy y el martes 15 de octubre se proyectarán diez de estas producciones en el Museo de Arte Latinoamericano (Malba, Figueroa Alcorta 3415), con entrada libre y gratuita.
Uno de los documentales programados es Piqueteras, con realización de Malena Bystrowicz y Verónica Mastrosimone, que ya fuera estrenado este año en el cine Cosmos. En principio, las jóvenes habían pensado en reflejar el movimiento piquetero del Gran Buenos Aires, pero, posteriormente, decidieron retratar lo que sucedía en el interior del país y describir la lucha de las mujeres. Otra película “piquetera” –también estrenada comercialmente hace unas semanas– es Matanza, responsabilidad del grupo Documental 1º de Mayo, que narra la historia de uno de los primeros cortes de ruta sucedidos en esa localidad, en 1997. “El estreno comercial abre las puertas para que se conozcan otras películas que por distintos motivos no pudieron estrenarse previamente”, le dijo a Página/12 Rubén Delgado, miembro de una agrupación que nació en 1988, cuando los piquetes no tenían la masividad ni la notoriedad mediática actuales.
Panzas, de Laura Bondarevsky, relata la historia y dinámica interna de la agrupación HIJOS, con testimonios de catorce de sus integrantes a lo largo de 45 minutos. El contenido del documental está compuesto por cinco ejes temáticos definidos por la sigla: Hijos (por la) Identidad (y la) Justicia (contra el) Olvido (y el) Silencio. Después de la siesta, documental colectivo del Grupo Boedo Films, retrata la experiencia del Santiagazo sucedido durante el gobierno de Carlos Juárez en la provincia de Santiago del Estero, en 1994. “En esa época se hablaba de infiltrados, de saqueos, de robos. Pero lo que descubrimos es que la provincia era la que había sido saqueada y hubo meses donde los estatales no cobraban su sueldo. Esa irrupción del pueblo fue completamente espontánea”, remarcó Claudio Remedi, uno de los directores.
Otra producción que se verá en el Malba es 450, del director independiente Darío Doria. “Trata sobre la lucha de los jubilados por los 450 pesos en las marchas de los miércoles. Más allá de lo económico, la película cuenta la situación de los ancianos en general y refleja el abandono que sufren como personas. La filmación abarca el período 1999-2001 y ahora que se habla tanto de la resistencia el documental describe que ellos fueron los abanderados de la resistencia desde hace doce o trece años”, explicó el realizador. Del grupo Alavío se verán Crónica de la libertad, basada en los sucesos del 26 de junio de este año (cuando fueron asesinados los militantes Maximiliano Kosteki y Darío Santillán), Martín y Corte Hiperjumbo. “Martín es un corto que trata sobre la violencia entre la propia clase obrera. A veces la represión y la violencia que el Estado ejerce sobre los trabajadores se reproduce entre los propios miembros de la clase trabajadora. Entonces, el planteo que señala la película es: ¿cómo reorientar el odio hacia quienes nos oprimen?”, indicó Fabián Pierucci. “Corte Hiperjumbo está hecho como una especie de receta de cocina que describe los ‘ingredientes’ de un corte de ruta”, agregó el cineasta. El puente, de Myriam Angueira, es un relato crudo del Corrientinazo que derivó en una feroz represión, el 17 de diciembre de1999. Según su directora, “tomamos ese acontecimiento como ejemplo para hablar de la crisis social argentina. El título alude al Puente General Belgrano donde sucedieron los hechos, pero también a una especie de puente entre esta Argentina que está como terminando y otra que está emergiendo”, afirma Angueira.