ESPECTáCULOS
› EL CINE ARGENTINO COSECHO AYER TRES PREMIOS EN SAN SEBASTIAN
En algo parecemos del Primer Mundo
“Historias mínimas”, de Carlos Sorín, obtuvo el Premio Especial del Jurado del Festival Internacional, el segundo en importancia, detrás de la Concha de Oro. “Lugares comunes”, de Adolfo Aristarain, consiguió para Mercedes Sampietro el destinado a la mejor actriz y, compartido, el de mejor guión.
Las dos películas argentinas lograron lo que venían a buscar en la competencia del Festival Internacional de Cine de San Sebastián: premios. Y de los grossos. Historias mínimas, la notable tercera película de Carlos Sorín, todavía inédita en la Argentina, se alzó con el Premio Especial del Jurado, que reservó la Concha de Oro al Mejor
Film para el español Los lunes al sol, dirigido por Fernando León de Aranoa con el astro local Javier Bardem al frente del elenco. Lugares comunes hizo un doblete, al recibir el galardón a la Mejor Actuación Femenina para la española Mercedes Sampietro y el premio compartido al mejor guión para el director Adolfo Aristarain y su mujer Kathy Saavedra. Los galardones del jurado que presidió el realizador alemán Wim Wenders no fueron una sorpresa: los dos films argentinos, uno al principio y otro sobre el final de los diez días de competencia, habían generado una vasta repercusión en el ámbito del festival. Es que Argentina, lo que parece increíble mirando el resto de su realidad, mide alto, muy alto, en el primer nivel del cine de festivales. Los realizadores, que habían permanecido en esta ciudad del País Vasco, presintiendo que no se irían con las manos vacías, estaban ayer exultantes y entusiasmados.
“Es notable que una película de historias tan pequeñas, que hicimos a pulmón, con un presupuesto ínfimo para el cine internacional haya ganado un premio tan importante”, dijo Sorín. El director calificó de “impresionante” el elogio que recibió su trabajo de parte del presidente del jurado. El director de París, Texas y Las alas del deseo, que cuando estuvo una vez en Buenos Aires fue para filmar un comercial, había confesado, al encontrarse con el deber reglamentario de justificar este premio, que Historias mínimas sencillamente había “encantado a todos” los miembros del jurado. Eso fue evidente el jueves, cuando se proyectó el film en competencia, ya que Wenders y los otros miembros del jurado no sólo se rieron como pocas veces y aplaudieron a rabiar al final, sino que además permanecieron en la sala deliberando un largo rato, después de la función. Un miembro del jurado que habla español, en una charla informal con miembros de la delegación argentina, deslizó poco después que las dos películas del país en competencia con otros l6 films tenían “muy buenas posibilidades” de ganar premios grandes. Algunos de los presentes creyeron leer en su apreciación cierta demagógica condescendencia. Ayer quedó demostrado que aquello era sólo información.
Aristarain, que suele contar que cuando concurre a un festival aspira a ganarlo aunque no lo diga a los cuatro vientos, se declaró más que satisfecho por el doble premio para Lugares comunes, que se estrena en España el jueves que viene. “Nosotros estamos contentísimos porque son premios que surgieron de una votación que, nos comentaron, resultó muy cerrada, lo que me parece lógico porque este año la competencia oficial fue de mucha calidad”, puntualizó. El director de Ultimos días de la víctima y Un lugar en el mundo, entre otros films, afirmó también que le parecía justo que hubiese ganado la Concha de Oro al mejor film Los lunes al sol, ya que le parece una “excelente película”. No está de más agregar que en los dos films argentinos premiados hay presencia de capitales españoles. En el de Sorín, aparecido luego del rodaje, cuando necesitaba dinero para terminar el sonido y pensaba en su distribución europea. En el de Aristarain desde los orígenes del proyecto, que sucedió a un lustro completo sin que pudiera concretar ningún trabajo cinematográfico. El director del Instituto Nacional de Cinematografía, Jorge Coscia, señaló que estos premios confirman un momento de gracia del cine argentino y obligan a sus autoridades a redoblar esfuerzos para intentar acercar capitales a nuevas coproducciones y nuevos realizadores. Coscia tenía desde el viernes el pálpito de que Argentina se llevaría premiosimportantes de la edición número 50 del Festival, pero se negaba a hacer precisiones.
Para graficar que el paso de los films argentinos fue rotundo bien vale destacar que fuera de los premios oficiales del festival, Historias mínimas se llevó otros tres de las entidades que trabajan en paralelo. Obtuvo el primer premio de la Confederación Internacional de Cines de Arte y Ensayo y dos menciones especiales, una de Fipresci (Federación Internacional de la Prensa Cinematográfica) y otra de la Asociación Mundial Católica de la Comunicación. Fipresci justificó su premio al tercer film del realizador de El rey de la Patagonia y Eternas sonrisas de New Jersey resaltando “su mirada poética y precisa sobre la gente que vive en la periferia de la sociedad argentina actual”. Para la organización católica el director argentino tuvo “la habilidad narrativa de ubicar en la geografía de la Patagonia tres historias que hablan de seres, deseos y esperanzas universales”. La caja de repercusión que es un festival Clase A como éste será clave para los próximos pasos comerciales de Un lugar en el mundo, desde hace tres semanas en cartelera en Buenos Aires e Historias mínimas, que tiene previsto su estreno español para el 23 de octubre. El distribuidor del film de Sorín, Pascual Condito, soñó aquí durante toda la semana con un galardón que le permitiera lanzarla en la Argentina a la brevedad. Si no ocurría lo que ocurrió, Sorín había planteado que lo lógico sería posponer el lanzamiento argentino del film –que rodó el año pasado– para el segundo trimestre del 2003, tras haber llegado a sugerir que quizá convenía darlo en una sola sala. Ayer, se pusieron de acuerdo en que el estreno argentino será el 7 de noviembre. Aristarain planea, junto con el estreno español, con 80 copias, la llegada de su obra al interior argentino, ya que desde el 12 de este mes sólo se ha visto en Capital y Gran Buenos Aires.
Aunque las decisiones de los jurados no están para ser comprendidas sino aceptadas, buena parte de los anuncios de ayer generaron aplausos de los periodistas más entusiastas, en la conferencia de prensa en que se oficializaron las decisiones, horas antes de la ceremonia de premiación. La Concha de Oro al film Los lunes al sol, que trata sobre la desocupación, en el marco de un país que está en el Primer Mundo real, por que su cifra oficial es de un 9,6 por ciento, fue recibida con una ovación, que no pareció tan nacionalista –en pleno País Vasco– como política. Como lo mismo ocurrió cuando se anunció que el segundo premio en importancia era para Sorín parecía que los cronistas, reporteros y críticos estaban dispuestos a aplaudir todo. Pero de ahí en más decayeron las muestras de aprobación, que reaparecerían sólo con los dos galardones a Aristaraain, casi local en España. El segundo de ellos, el del guión, compartido con el de la película del ruso Gennady Ostrovsky “Lubovnik” (The Lover, que también se llevó el reservado a la mejor fotografía.
La Concha de Plata al mejor director fue a manos del chino Chen Kaige (realizador de Adiós, mi concubina), por la subyugante historia de Han ni zai yiki (Together), y la Concha de Plata al mejor intérprete masculino recayó en su protagonista, Liu Peiqi. El jurado que presidió Wenders estuvo integrado por las actrices Ariane Ascaride (francesa) y Mirtha Ibarra (cubana), el director de fotografía Renato Berta (italiano) y los cineastas Mariano Barroso (español), Angela Pope (británica) y Chatri Chalerm Yukol (tailandés).
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