ESPECTáCULOS
La novelesca vida de Luca Prodan en una película para la polémica
El realizador Jorge Coscia estrena hoy el film que rodó antes de ser designado director del Instituto Nacional de Cine y Artes Audiovisuales: “Luca vive”, una osada apuesta a contar parte de la vida de un mito rockero.
› Por Esteban Pintos
Quince años pasaron desde el ingreso en la inmortalidad rocker de Luca Prodan, un hombre que cayó del cielo (Europa, primer mundo) y partió en dos la historia del rock argentino (Latinoamérica, tercer mundo). Ahora, cuando el mito superó largamente a la persona que vino para escapar a su adicción a la heroína e invertir en ganadería, y mucho más al personaje que armó una banda completamente atípica y luego llegó a convertirse en lo que se entiende aquí como “estrella de rock”, se estrena esta libre versión cinematográfica sobre su vida, dirigida por Jorge Coscia (El general y la fiebre, Cipayos, Canción desesperada) y con Daniel Ritto en el papel protagónico (tal como lo hiciera en la obra teatral que dio lugar a la película). El cable a tierra con la vida real de Prodan está dado por la aparición –haciendo de sí mismos– del periodista-poeta Tom Lupo, el empresario-performer Omar Chabán, el abogado Albino “Joe” Stefanuolo y el encargado de un bar de Hurlingham, conocido simplemente como Manolo. Estos cuatro hombres fueron personajes más o menos colaterales en la novelesca vida del cantante de Sumo, concretamente aquel grupo que partió en dos la pequeña gran historia del rock argentino.
Está claro, más allá de los valores de esta obra, el lugar que Prodan ocupa en la cultura popular joven argentina de las últimas dos décadas y el significado que su figura tiene para las multitudes rockeras que hoy llenan estadios de fútbol al compás de Los Piojos y La Renga; y por supuesto –con menor convocatoria– con Divididos y Las Pelotas, los desprendimientos musicales más sólidos y longevos que nacieron luego de Sumo. Luca como símbolo del rock “feo, malo, sucio” al que aludía él mismo, como icono del camino por el lado salvaje que no todos los músicos “de rock” argentinos tomaron ni tomarán (ahí están sus referencias despectivas, arbitrarias pero certeras, sobre Miguel Mateos, o Gustavo Cerati, o Todos Tus Muertos). No debe ser visto como casual que el último disco de Sumo –el que apareció en los meses previos a la muerte de Prodan, en 1987– se haya titulado After chabón, antes de la irrupción del denominado “rock chabón” y de la cultura callejera de fútbol, Che Guevara, porro y cerveza en la esquina de la cual Luca es mártir, bandera de resistencia, causa y consecuencia.
La película recrea fragmentos de los últimos días de Prodan, aunque sin ubicación temporal precisa, cuando el pelado italiano ya era alguien dentro de un particular micromundo hecho de vanguardia y tradición porteña, de sótanos paraculturales y bares de estación (del oeste del Conurbano a los barrios porteños de San Telmo, Abasto y San Cristóbal), y busca profundizar en un particular cosmos creativo-emotivo-amoroso donde la droga, el sexo y la muerte ocuparon –según remarca la historia– un lugar central, decisivo incluso para la entronización del mito.
Por cierto, hay en la obra de Coscia una evidente intención por zafar del rótulo “biografía cinematográfica” que llamaría a más de una polémica e innumerables objeciones, sobre todo por parte de quienes se oponen acualquier proyecto artístico –certero o no– que se pretenda crear basado en la figura de Luca. Es conocido el retraimiento manifiesto de los que integraron de una u otra manera Sumo, aquel colectivo caótico y maravilloso de rock con todas las letras y reggae como nunca se había escuchado en otorgar autorización para utilizar las canciones originales del grupo. Esas canciones –uno de los ejes centrales del mito– no aparecen, o en todo caso emergen camufladas bajo clones melódico-poéticos firmados por Ritto y el músico Mauro Lazzaro. Sólo aquellos temas que no figuran dentro del patrimonio autoral y emocional que comparten la familia Prodan, el manager Timmy McKern (amigo personal e impulsor del primer desembarco de Luca en la Argentina) y los ex Sumo, están presentes en la banda de sonido: “Leave me alone”, “Fever”, “Años” y la adaptación hardcore del villancico navideño “Noche de paz”. Sabe a poco. Por lo demás, la escena que incluye la famosa recreación de un jingle publicitario de champú dentro de “Heroína” (el “soltate con Wellapom, soltate”) merece un lugar entre lo más bizarro que haya dado el cine argentino de la última década.
Argentina, 2002.
Dirección: Jorge Coscia.
Libro cinematográfico: Carlos Polimeni, Daniel Ritto, Jorge Coscia.
Intérpretes: Daniel Ritto, Tom Lupo, Valeria de Luque, Lorena Damonte, Omar Chabán, Adriana Pérez, Ada Quiñones, Albino Stefanuolo, Claudio Taverna, Sara Mariani.
Estreno de hoy Village Recoleta, Cinemark Palermo, Atlas Lavalle, Monumental, Hoyts Abasto, Cinemark Puerto Madero, Cinemark Caballito, Gral. Paz, Showcase Belgrano y otros.