ESPECTáCULOS
› MAS DE DIEZ MIL PERSONAS EN LA CUARTA LUNA COSCOINA
Tradición con acento salteño
El festival homenajeó a Los Chalchaleros con un seleccionado de la zamba y la chacarera. El Chaqueño Palavecino imantó a la gente.
Por Karina Micheletto
Desde Cosquín
A plaza llena, con más de 10.000 personas que no dejaron en ningún momento de aplaudir y seguir con palmas a los artistas, la cuarta luna coscoína vivió su mejor momento desde el inicio del festival. El Chaqueño Palavecino, quedó claro, sigue siendo el fenómeno folklórico del momento, si se excluye, por supuesto, a Los Nocheros, que representan un boom que excede largamente al género. Un público de todas las edades le demostró su fidelidad al ex colectivero, en una fiesta en la que no dejaron de cantar sus temas ni los vendedores ambulantes.
“¿No hay un vaso de vino para bendecir esto que es un milagro?”, arrancó cerca de las doce de la noche el cantor del Chaco salteño, y echó un chorro de vino sobre el escenario. “Dicen que queda mal que un artista tome vino delante del público”, aclaró. “¡Tomáme a mí, salteño!, le gritó una veterana con la cabeza cubierta por un pañuelo con su foto. El chaqueño, con su pose de varón criollo, es un auténtico sex symbol para muchas mujeres del interior del país. “Cuando yo no era nadie subía a este mismo lugar, cantaba dos temas, la gente pedía otro y me tiraban de las bombachas para atrás. Ahora me piden que me quede el sábado y no puedo”, tomó revancha. El show comenzó con una copla de Lucio Rojas, a quien más tarde se sumaron sus hijos Lucio, integrante de Los Carabajal, y Jorge, de Los Nocheros, en traje de gaucho. Durante casi dos horas, el Chaqueño ofreció un repertorio más folklórico y menos romántico (la tendencia que había mostrado en los últimos tiempos), nutrido de zambas y chacareras tradicionales.
La noche del martes empezó con la presentación de Argentino Luna, un hombre avezado en estas lides telúricas, y que avanzó sobre el escenario levantando la bandera de una verdadera protesta gaucha. “Un criollo no se encierra jamás en un corralito”, sentenció el milonguero, y fue ovacionado en “Yo tengo una muchacha”, tema referido a la Argentina, con una letra que cobra cada día más actualidad. Le siguieron los correntinos de Amboé (representantes del “chamamé joven”), a puro sapucay, Los Cuatro de Salta y la bonaerense Tamara Castro, que dedicó la canción “Y qué saben ellos” “a toda la manga de corruptos que todavía están allá arriba” (“y qué saben ellos/ si todo lo sacan por computación/ cómo quema el frío/ cómo duele el hambre/ si la historia siempre la cuenta el patrón”, dice la letra del santafesino Jorge Milikota).
El momento más emotivo de la noche llegó con el homenaje a Los Chalchaleros y la presencia de Juan Carlos Saravia, fundador del grupo, y de Polo Román, integrante de la última generación de Chalchaleros. Junto a Los Carabajal, Los Tucu Tucu, Chango Nieto, Zamba Quipildor, Argentino Luna, Amboé, Daniel Altamirano, Raly Barrionuevo y el Dúo Coplanacu (un verdadero seleccionado, que aunó distintas tendencias), interpretaron el himno del repertorio chalchalero –y del folklore todo– “La López Pereyra”. “Cuando uno llega a esta edad se pone más llorón y se emociona más fácilmente. Este momento es el gran adiós de aquello que comenzó como un juego de cantar”, agradeció Saravia entre lágrimas. “Esta es quizás la última vez que pisan este escenario que Saravia conoció en aquella fiesta inaugural del 21 de enero de 1961. Hoy, todos somos Chalchaleros”, gritó el locutor Miguel Angel Gutiérrez, mientras la plaza entera asentía agitando pañuelos.