ESPECTáCULOS
Leyes, enredos y acosos sexuales
“A pesar de todo” y “Girls club”, las nuevas series de Fox, que comenzarán a emitirse desde pasado mañana, marcarán la tendencia de la señal de cable. La primera retrata a una familia de clase media, en tanto la segunda propone una divertida mirada sobre el mundo femenino.
› Por Emanuel Respighi
Un matrimonio joven, de clase media y con tres hijos a cuestas, que resuelve sus problemas cotidianos con un gran sentido del humor y sin tomárselos demasiado a pecho. Tres bellas veinteañeras que acaban de graduarse de abogadas y comienzan a dar sus primeros pasos en la profesión en un prestigioso estudio jurídico, se enfrentan a puro impulso a sus propios prejuicios y a los avatares que rigen el universo de la ley. Estas son, sintéticamente, las tramas de “A pesar de todo” y “Girls club”, respectivamente, las nuevas series que Fox estrena pasado mañana, a partir de las 21.30. La primera, que junto al estreno de la segunda temporada de “Reba” (a las 21) conforma el segmento Miércoles de comedia, es una graciosa tira de enredos familiares, cargada de un humor veloz y cómplice. En tanto, “Girls Club” es la nueva propuesta de David Kelley –el creador de la exitosa “Ally McBeal”–, donde vuelve a proponer una mirada femenina sobre la vida, el amor y la justicia, aunque desde una concepción más mundana que la manifestada por el personaje que encarnó Calista Flockhart durante cinco años.
En esta ocasión, el también creador de “Boston Public” y “Los practicantes” construye una serie que se apoya en la particular relación de un grupo de tres amigas. Sarah, Lynne y Jeannie son tres solteronas que comparten mucho más que una amistad, el departamento, la profesión y el lugar de trabajo: también comparten los miedos, las obsesiones y el derecho de piso que deben pagar en un estudio jurídico de por sí machista. Pese a que sus personalidades toman características diferentes, las tres mujeres se vinculan estrechamente por su hambre de éxito profesional, que piensan lograr cueste lo que cueste. Sin embargo, pronto comprenderán que al menos en el mundo de la abogacía, el triunfo o el fracaso no dependen sólo de su inteligencia. Hay otras cuestiones que se ponen en juego.
El primer capítulo de “Girls club” adelanta un bosquejo de las dificultades que tendrá que superar el trío a lo largo de la temporada. En su primer juicio penal, Lynne no sólo enfrenta los obvios nervios del debut, sino que también debe lidiar con las fantasías sexuales que el acusado tiene con ella. Para más males, el juicio es anulado, el cliente termina ahorcado “accidentalmente” cuando realizaba un acto autoerótico en su celda y Lynne es acusada por la muerte. Mientras tanto, Jeannie es acosada y chantajeada por uno de sus jefes, que deja vislumbrar que le dará más casos si se involucra sexualmente con él. Por su parte, Sarah pierde el timón de un caso por el lobby en contra que hizo una compañera de trabajo, a la que trata de “homosexual” a los gritos y le jura venganza eterna. Algo está claro: el trío deberá combatir no sólo contra los problemas laborales, sino también frente a los conflictos internos de cada una de las protagonistas.
Muy distinta es la temática y la resolución de los conflictos de “A pesar de todo”. Protagonizada por Mark Addy (Todo o nada), la serie cuenta la historia de una familia de clase media compuesta por Bill Miller (Addy), su esposa Judy y sus tres hijos. Excedido de peso y sin ninguna preocupación por ello, Bill es un vendedor de sanitarios al que le importa poco el qué dirán. Su única preocupación es no perderse ningún partido de fútbol americano por TV. En contraposición, Judy es enfermera y carga sobre sus espaldas los asuntos de la familia. Luego están los hijos: Brian, un adolescente enfermo de la computación y del orden, al que Bill intenta mostrarle “el camino” de la vida; Lauren, que con sus trece años vuelve loca a la familia con sus pretensiones; y la más pequeña, que no deja de llamar la atención pese a la indiferencia que parecen dedicarle los restantes miembros de la familia.
En el primer episodio, la participación de Bill y Judy en un juego en el que cada miembro de la pareja se dice las cosas que no le gustan del otro, termina en un interesante conflicto que, haciendo gala de un humor eficiente, terminará por resolverse con un final –como corresponde–feliz.