Jue 14.11.2002

ESPECTáCULOS  › “SOUTH PARK” DESPIDE HOY A UN PERSONAJE CELEBRE

Al fin, Kenny se va al cielo

Durante cinco temporadas, el chico del anorak murió de las maneras más imaginativas. Hoy será la última: Locomotion busca un sucesor.

› Por Eduardo Fabregat

En el final de un viejo episodio, papá y mamá McCormick estaban en un hospital, sosteniendo a su niño recién nacido. “Es el vivo retrato de Kenny, pobrecito”, dice en esas circunstancias la madre. “¿Cómo podemos llamarlo?” Mirando al bebé, ya vestido con un pequeño anorak naranja, el padre responde: “Llamémoslo... Kenny”. En ese mismo instante se produce un quiebre en la delirante ficción de “South Park”. Es que la Sra. McCormick confiesa: “Creo que hemos vivido esto cincuenta veces”. La corrección de su marido llega con la precisión de quien cuenta los capítulos: “Cincuenta y dos”. Cincuenta y dos eran, hasta entonces, las veces que Stan y Kyle habían dado testimonio de la increíble variedad de muertes sufridas por su amigo con el legendario: “¡Dios mío! ¡Mataron a Kenny!”. Pero, para la interminable pena de los fans del chico más pobre y con peor suerte del pueblito de Colorado, todo eso llega a su fin. Dicho de otra manera: hoy a las 22, en Locomotion, Kenny McCormick va a morir. Pero de verdad, de una vez y para siempre, para nunca más volver.
Ya lo habían dicho Trey Parker y Matt Stone, los padres de las criaturas de cabeza redonda: cada día era más difícil encontrar una nueva muerte para el pibe del anorak. Cierto es que exprimieron los sesos en cada intento (de verdad, deben existir pocas maneras por dibujar, aun las más delirantes), pero antes de comenzar esta quinta temporada de la serie el dúo advirtió que la serie iba a sufrir un cambio radical. Por ello, “South Park” preparó el terreno dándole nuevo protagonismo a tres personajes del clan escolar: Timmy –el chico discapacitado que sólo repite su nombre entre estertores–, Butters –un rubiecito que monitorea desde hace rato al cuarteto titular– y Tweak, el chico que es una auténtica masa de nervios, ejemplo de los efectos de la automedicación en las escuelas estadounidenses.
Precisamente, y para darle a la muerte de Kenny el carácter de suceso animado, la señal Locomotion iniciará, apenas haya terminado el episodio de la muerte de Kenny, una encuesta entre televidentes para definir quién debería reemplazar su lugar, entre los ya citados, Craig y el afroamericano Token. La votación se dirimirá por Internet (en el sitio www.locomotion.com), y a la vez la señal hará una suerte de “campaña” de los candidatos: el domingo, entre las 20 y las 23, habrá un maratón que servirá para conocer el perfil de cada candidato. Dada la bizarría del programa y su público, no es aventurado predecir un triunfo de Timmy, aunque no debería descuidarse a Butters, cuya extraña combinación de absoluta inocencia en las situaciones más ácidas le da algunos porotos.
Mientras el sucesor se prepara, la pregunta es: ¿cómo hará “South Park” para diferenciar esta muerte de tantas otras? En principio, por la reacción del entorno: cuando Kenny cae enfermo –con un mal nunca explicitado– y debe ser hospitalizado, por primera vez sus amigos muestran un grado de preocupación nunca antes percibido. Más aún: todo el episodio tiene ese tono meloso y sensiblero que solía impregnar aquella “Película de la semana” del Canal 9 de Romay. Stan, que ha visto a Kenny en un microondas, aplastado por un satélite o devorado por pavos genéticamente manipulados, no puede soportar la visión de su amigo enfermo. Hasta Cartman deja de lado su conocida insensibilidad para mostrarse tan apesadumbrado como para... ¡llorar! De todos modos, será mejor no dejarse llevar por esas lágrimas, teniendo en cuenta un retorcimiento del guión que involucra al gordito de gorro celeste con ciertas investigaciones científicas con fetos.
Así, todo en la despedida de Kenny está llevado al exceso, como para reforzar la impresión de que lo anterior era un simple gag visual, una idea afortunada que funcionó y dio para largas temporadas, un remate esperado. Kenny, de todos modos, seguirá flotando como un fantasma: como ejemplo, en el episodio estrenado la semana pasada en EE.UU., los chicos se emperran en armar una improvisada escalera de objetos que los acerqueal cielo para buscar a su amigo. ¿Habrá alguien en “South Park” a quien los zapatos de Kenny no le queden demasiado grandes?

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