ESPECTáCULOS
› EL FESTIVAL DE HUELVA HOMENAJEO A ADOLFO ARISTARAIN
Un talento sin fronteras
El director argentino de “Lugares comunes” agradeció el homenaje afirmando que lo considera “un reconocimiento al oficio y a la certeza de que todo lo que he hecho ha sido con total honestidad”.
Por Javier Nieto-Remolina *
desde Huelva, España
El cineasta argentino Adolfo Aristaráin fue ayer el centro de todas las miradas en el 28º Festival de Cine Iberoamericano de Huelva, que le ofreció un emotivo homenaje por su carrera, coincidiendo con la proyección de las dos últimas películas a concurso en la Sección Oficial. El homenaje a Aristaráin, a quien le fue entregado anoche el Premio Ciudad de Huelva por toda su filmografía, reunió a una nutrida representación de directores, actores y técnicos que trabajaron con él. Entre ellos los directores Héctor Olivera y Mario Camus, los actores Federico Luppi, Aitana Sánchez-Gijón y Pere Ponce, el productor Gerardo Herrero, el fotógrafo Porfirio Enríquez y los sonidistas Daniel Goldstein y Ricardo Steinberg. Todos ellos rememoraron anécdotas de trabajo al lado de Aristaráin y coincidieron en destacar el carácter “valiente, comprometido y brillante” de su obra. Al decir de Sánchez-Gijón, que actuó a sus órdenes en “La ley de la frontera, “sus películas “ayudan a crecer”.
El director español Mario Camus, que dijo del homenajeado que es “uno de los grandes talentos del cine mundial”, recordó cómo lo conoció en Buenos Aires en 1967 y narró luego su llegada a España en 1968 en un barco que arribó a Galicia. El argentino Olivera se refirió a las primeras películas que rodaron juntos, “La playa del amor” y “La discoteca del amor”, en 1979 y 1980, y luego “Tiempo de revancha”, de 1981, que “fue la primera película del cine argentino que paseó por el mundo, sacando a la cinematografía del país del aislacionismo en que estaba sumida”. Los dos primeros films, comedias comerciales que la crítica argentina considera las películas menos interesantes del realizador, fueron incluidas ex profeso en la muestra homenaje. El director de “Tiempo de revancha” y “Lugares comunes” suele decir que fue con esos films menores que empezó a aprender parte de la gramática cinematográfica que hoy maneja.
A todas las manifestaciones de afecto y gratitud, Aristaráin respondió que, más allá de que sus películas sean buenas o malas, recibe el Premio de Huelva como “un reconocimiento al oficio y a la certeza de que lo todo que he hecho ha sido con total honestidad”. En lo que sí estuvo en desacuerdo fue “con la idea esa de que la crisis genera creatividad” y añadió que eso es “una gran mentira” que equivale a decir que “los poetas y pintores de hace un siglo eran buenos porque tenían tuberculosis y se morían de hambre”. “Es exactamente lo contrario –dijo Aristaráin– la creatividad funciona cuando no tienes que pensar en la subsistencia”.
Aristaráin reconoció que Olivera y Camus fueron especialmente “claves” para él en el aprendizaje del oficio, y también reconoció el vínculo fundamental con su esposa y colaboradora, la guionista Katy Saavedra. El director dijo también que lo que peor lleva en su vida de creador es que a pesar de que le gusta tanto el cine, jamás puede disfrutar de sus películas como espectador. “No puedo verlas. Me pongo nervioso y me supone un esfuerzo interminable al reconocer que algo está bien o por qué no hice esto o aquello; entonces, para librarme de ese martirio –dice– prefiero no verlas”.
El Festival, que será clausurado hoy, ha proyectado por primera vez en España una retrospectiva completa del realizador, incluyendo “Ultimos días de la víctima”, con la que recibió el Colón de Oro a la Mejor Película en el octavo Festival de Huelva, en 1982. Con respecto a las películas a concurso, una de las actrices de “O principio da incerteza”, Isabel Ruth, destacó la figura de su director, Manoel de Oliveira, de quien dijo que “vive un momento en su vida en el que ha comprendido totalmente la maravillosa oportunidad de expresarse en el cine como sólo a él le interesa”. Ruth reconoció que las película de Oliveira tienen fama de “lentas” pero añadió que “a quien sabe escuchar” no le parece larga una película suya. La película recorre una situación en la que una mujer joven lleva con pasmosa tranquilidad una relación entre la amante de su marido,el propio marido, la criada de la casa y otros miembros de la familia, en un filme basado en la novela homónima de la portuguesa Augustina Bessa Luis, autora de la saga “Joia de familia”.
* De la agencia EFE.