ESPECTáCULOS
Luces y sombras de un festival
La calidad de los films seleccionados por el Festival de Cine y Video de Derechos Humanos contrastó con problemas de organización y una escasa respuesta del público. Los títulos ganadores provienen de Irán y de Chile.
› Por Mariano Blejman
Luego de nueve días de una agitada programación, el Festival de Cine y Video de Derechos Humanos dio por finalizadas sus exhibiciones, caracterizadas por calidad de un material que merecía un público más masivo del que asistió. Perdidos en Irak, de Bahman Ghobadi en fílmico; Estadio Nacional, de Cármen Luz Parot en video, y Rey por un día, de Alex Gabbay, en cortos, se llevaron los primeros premios. Podría decirse que la buena performance de las películas exhibidas contrastó con una organización que dejó varios agujeros negros. A pesar de la escasa publicidad sobre el DerHumALC en vía pública, a pesar de problemas de organización –como películas que no llegaron o llegaron sin subtitular– y a pesar de las constantes reprogramaciones, la IV edición del Festival DerHumALC –que contó con el apoyo de Amnesty International y Abuelas de Plaza de Mayo– no sólo reunió gente en los cines. Los talleres fueron el caldo de cultivo donde una amplia gama de organizaciones sociales se juntaron para debatir sobre cómo resistir a la globalización y sobrevivir en el intento. Los invitados especiales, mientras tanto, aprovecharon su estadía en el país para ir a filmar las diferentes manifestaciones piqueteras ocurridas en la última semana. Entre ellos estuvieron Naomi Klein y Avi Lewis, que se quedarán hasta abril en el país; Stephanie Black de Life & Debt, y el uruguayo Mario Handler de Aparte.
La mejor película en el rubro Fílmico Largometraje, entonces, fue para Perdidos en Irak (Narooned in Irak), de Bahman Ghobadi, que cuenta la historia de un kurdo que busca a su esposa luego de la guerra entre Irán e Irak. El premio especial fue para Juicio a las juntas: el Nuremberg argentino, de Miguel Rodríguez Arias, quien accedió a imágenes muy poco vistas del Juicio a las Juntas, y la Mención de Honor fue para Escape al paraíso del suizo Nino Jacusso, que relata la historia de una familia kurda que deambula por suiza, y Extranjeros de sí mismos, de José Luis López y Javier Rioyo Linares. “Las doce películas tenían un muy buen nivel. Sin embargo, el voto fue unánime para Perdidos en Irak, una pintura que revela un genocidio y, sin embargo, no pierde el desarrollo poético. Es una ficción hecha con enormes limitaciones materiales y, sin embargo, tiene secuencias notables desde el punto de vista plástico”, dijo a Página/12 el director Juan José Jusid (Tute Cabrero, Bajo Bandera, Los gauchos judíos, entre otros films), integrante del jurado del que también participaron el realizador kurdo Mehmet Aktas y el actor Patricio Contreras. Sobre Juicio a las juntas..., Jusid opinó: “Miguel Rodríguez Arias realizó una selección que da una visión sobre el proceso militar con sutilezas y una mirada madura”.
En el rubro Video Largometraje, el ganador fue el documental Estadio Nacional, de Carmen Luz Parot, una investigación periodística sobre los hechos ocurridos durante la dictadura de Augusto Pinochet en el estadio de Chile, donde más de doce mil personas pasaron sin cargos ni procesos y gran parte fue torturada. La mención especial fue para Raymundo, documental dirigido por Ernesto Ardito y Virna Molina, que muestra la vida de Gleyzer, cineasta desaparecido en 1976. La mención de honor fue para otro documental, Aparte, del uruguayo Mario Handler, que ingresó durante dos años a filmar los barrios marginales de Montevideo. En el jurado de este rubro estuvo Alexandra Halkin, productora de Chicago y directora del Proyecto de Medios de Chiapas; Daniel Desaloms realizador de El último tango, y Arturo Balassa, director de País cerrado, teatro abierto. “Nos encontramos con materiales de muy buen nivel narrativo y alta calidad técnica, con tratamientos originales y diversidad de enfoques. Nos fue muy difícil la elección. Pero Estadio Nacional fue elegida por su aporte a los Derechos Humanos y la construcción de la memoria”, dijo Balassa. De los 18 trabajos en competencia, el jurado decidió que cinco merecían la mención especial: Una vista desde la cumbre, del canadiense Magnus Isacsson; Nazaret 2000, de Hany Abu Assad; Un día de trabajo un día de pago, del estadounidense Jonathan Wind Skurnik; Juntos de los suizos Raphaëlle Aellig y Norbert Wiedmer y México ida y vuelta, de Ramón Lopes.
En el rubro Cortometrajes, el ganador fue Rey por un día, del estadounidense Alex Gabbay, una sátira sobre la globalización. Las menciones fueron para ABCD, una ficción de Federico Serafín y La Gotera de Benjamín Avila. Entre los jurados estuvo Dieguillo Fernández, realizador de Ratas (1997), ganador del Sol de Oro de Biarritz de ese año; Osvaldo Bayer escritor y periodista Página/12, y Marcelo Brigante, director del corto Líneas de teléfonos, ganador del Festival DerHumALC 1997. “Rey por un día es un documental que tiene un tratamiento creativo e irónico cuando llega el presidente Clinton a visitar Bangladesh. Sin embargo, votar entre ficción y documental fue todo un problema”, explicó Brigante.
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