¿Es posible considerar la publicidad como un arte o sus fines puramente comerciales le impiden inscribirse en dicha categoría? ¿Por qué la industria cinematográfica es considerada el séptimo arte y la publicidad es menospreciada, si en algún punto ambas disciplinas comparten la estética y el objetivo (oculto en una y explícito en otra) de venderse? En todo caso, ¿cuándo la publicidad se convierte en arte? ¿Y el arte en publicidad? Estos son algunos de los interrogantes que se debaten en la serie documental “El fino arte de separar a la gente de su dinero”, que la señal I-Sat estrena en la medianoche de hoy. Compuesta por tres episodios que se emitirán en los próximos jueves de diciembre, la serie se vale de los testimonios de reconocidos cineastas, publicistas y artistas para descubrir los secretos de una disciplina tan polémica como creativa.
Presentada por el actor Dennis Hopper y dirigida por el alemán Hermann Vaske, “El fino arte...” se presenta como un espacio dedicado a mostrar las dificultades y motivaciones (comerciales y estéticas) propias del mundo de la publicidad. Para ello, los documentales cuentan con los testimonios de artistas y directores de cine que nacieron en la publicidad o alguna vez incursionaron en su territorio, ya sea por intereses artísticos o simplemente monetarios. Figuras como David Bowie; el manager de los Sex Pistols, Malcolm McLaren; Spike Lee, Tony Scott, Wim Wenders, Mike Figgis, Anthony Hopkins y Hugh Hudson son algunas de las personalidades que brindan su opinión sobre la estrecha relación que el cine y la publicidad han cultivado en las últimas dos décadas.
El capítulo de hoy se titula “Cruzándose”, en referencia a que las rígidas barreras que separaban a una y otra disciplina se fueron desdibujando, a partir del intercambio de artistas y expresiones artísticas. Tony Scott (Top Gun, Enemigo público), que fue uno de los primeros cineastas en traspasar esas fronteras, cree que ya no existe distinción entre el cine y los comerciales. “La influencia de la publicidad en el cine es enorme”, reconoce. “Si se analizan los largometrajes de las últimas dos décadas, creo que las mayores influencias y modificaciones en la estética de las películas las iniciaron Alan Parker, Hugh Hudson, Ridley Scott, Adrian Lyne, Michael Bay, David Fincher... Todos cineastas provenientes de la publicidad.”
Según Alan Parker (Mississippi en llamas, Corazón satánico), el quiebre de las fronteras comenzó a producirse en la década del ‘70, cuando un grupo de publicistas ingleses saltó a la pantalla grande. Sin embargo, Parker admite que no fue un camino fácil de recorrer. “Pasar de los comerciales a los largometrajes no es una progresión natural. Sucedió que en aquella época muchos publicistas se convirtieron en directores de cine. Junto a Scott, Lyne y Hudson hicimos la transición, pero no es que fueron cientos los que saltaron de un arte a otro. A decir verdad, casi todos fracasaron”, cuenta en el documental.
Spike Lee, por su parte, confiesa que hay dos cosas que lo llevan a hacer publicidad: la paga y la vocación por dirigir. “Disfruto dirigir comerciales o videos musicales. Tanto los comerciales y los videoclips son formas cortas de contar historias y hacer películas narrativas”, explica el director de Malcolm X y Haz lo correcto. Wim Wenders (Buena Vista Social Club, El fin de la violencia) está convencido de que en la actualidad la publicidad es un arte imposible de soslayar: “Vivimos en una época en la que ya no se puede decir que la publicidad es imitar películas, arte o lo que fuere. Cuanto más avanzamos en una era donde todo está al revés, creo que es importante e interesante para los cineastas saber cómo se hacen los comerciales y animarse a dirigirlos. Uno ya no puede decir la publicidad es algo totalmente diferente del cine, por lo que prefiero ignorarla. Esa actitud se entendía en los ‘60 o ‘70, pero ahora las cosas han cambiado”. El jueves 12 se emitirá el especial titulado “Humor”, mientras que “Impacto” será el especial que cerrará la serie. Aunque probablemente el debate seguirá abierto.