ESPECTáCULOS
› “MICAELA, UNA PELICULA MAGICA”, DE ROSANNA MANFREDI
Una pinturita de dibujo animado
› Por Martín Pérez
“Qué copado, me convertí en un dibujito animado”, dice Micaela cuando, efectivamente, se ha convertido en... un dibujito animado. Y del modelo Disney para la acción viva, la película remite al animado modelo García Ferré. Como dibujo animado, Micaela aprenderá a correr en el mismo lugar y luego salir disparando, como todo dibujo animado. A no tener miedo, como cualquier dibujo animado. E incluso a hablar con el público que la está mirando. Lo que nadie le enseñará es a dejar de decir en voz alta lo que se puede ver en la pantalla. Pero a pesar de su empeño didáctico, por lo menos Micaela no dice las cosas dos veces, como los malos no-tan-malos pero muy explicados de su película.
Micaela, una película mágica, se llama el primer film de Rosanna Manfredi, una premiada publicista que –con el apoyo, entre otros, del gobierno de San Luis– concretó un largo que por momentos tiene la estética de un aviso de una marca de pinturas y en otros parece una apurada obra de teatro infantil protagonizada por niños atrevidos. A su favor cuenta con una proto-Shirley Temple local, todo bucles, mohínes y sonrisas, que quiere salvar al mundo del terrible cataclismo que significaría quedarse sin sus colores.
Por eso Micaela podrá viajar al país de los dibujos animados, donde le enseñarán a defenderse d Black, un científico doblemente malvado, que habla con un tono gutural, sonríe con sonrisa de dentífrico y maltrata a un criado deforme pero simpático. Defensora de un pueblo con todos los paisajes, Micaela toda sonrisas parloteará con sus amigas, con el perro y hasta con un pájaro que encuentra en el bosque, y salvará al mundo de convertirse en un aburrido film en blanco y negro. Para poder así seguir pintando de colores su vida, la de los demás y hasta la de ese pobre pájaro que merece cachetes tan coloridos como los que ella ostenta al borde de su comprensiva y eterna sonrisa.