ESPECTáCULOS
› “NO ME OLVIDES”, COMEDIA CON REESE WHITERSPOON
Elogio de la tradición y la chatura
Por L.M.
La prensa estadounidense (y sus epígonos locales) vienen promocionando a Reese Whiterspoon como si se tratara de la nueva esperanza blanca, la flamante sucesora de Meg Ryan y Julia Roberts al trono de la mejor comediante de Hollywood, en la tradición de Katharine Hepburn e Irene Dunne. La última excusa para batir el parche y elevar al podio a la protagonista de Legalmente rubia es esta comedia romántica tan elemental como rutinaria, que se supone heredera de las delirantes screwball comedies de los años ‘30 y ‘40 que firmaban maestros de la talla de Leo McCarey y Howard Hawks.
Ni una cosa ni la otra. Ni la desangelada Reese Whiterspoon parece en condiciones de aspirar al lugar que sus agentes de prensa quieren asignarle ni la película dirigida por Andy Tennant tiene, ni de cerca, el ritmo, la gracia, el vuelo, el carácter subversivo que hicieron de La pícara puritana o La adorable revoltosa clásicos indiscutidos y siempre vigentes. Más bien, todo lo contrario. No me olvides puede ser considerada como una de las películas más reaccionarias del año. Basta con esbozar la parábola que propone para su protagonista, una chica de un pueblo perdido del sur profundo de Estados Unidos, que después de haber triunfado en Nueva York como mujer independiente vuelve para resolver el divorcio con un marido al que no ve en siete años y, de pronto, redescubre el discreto encanto de la mediocridad y de los valores más tradicionales.