Por Javier Aguirre

En el aspecto emocional, el gran momento de la velada será el abrazo colectivo, programado rigurosamente para la medianoche. Un acto tan simple parece una atracción más de las que presentará la cuarta versión de la Fiesta Final, que se realizará desde hoy a las 18 y hasta las 8 de la mañana del domingo en el Parque Rodó de Montevideo, Uruguay. En cambio, en el ámbito musical, si bien resulta difícil prever dónde estarán los pasajes más destacados debido a lo extensísimo y variado de la programación del megaevento –cerca de 200 conciertos en cuatro escenarios simultáneos, con alrededor de 1500 artistas en total– seguramente los grandes animadores serán dos músicos consagrados de ambas costas del Río de la Plata: Luis Alberto Spinetta y Jaime Roos.
La oferta completa del festival –rock, candombe, música clásica, electrónica, jazz, danza, polka, poesía, clowns, percusión, folclore, teatro callejero, escultura, fotografía, cine independiente, orquesta surrealista, teatro negro y body painting; además de una veintena de restaurantes y pubs, y de las áreas de descanso– también contará con las presencias argentinas de Pappo’s Blues y Antonio Birabent, y de artistas uruguayos como Fernando Cabrera, el Cuarteto de Nos, Fattorus Trío, La Tabaré Riverock Banda, Milongón Bar, Carlos Benavídez, Dino, Pablo Estramín, Braulio López y El Zucará, Los Traidores, Popo Romano, Gaucho, Juan el que Canta, Once Tiros, Daniel Drexler, Cursi, Jorge Nasser, Sórdromo, Elefante, Cadáveres Ilustres, Abuela Coca, Snake, Cambia la Biblia, Los Terapeutas, Kongo Bongo, La Galponera Soul, Virginia Martínez, Chicago Blues Band, Frapolla y La Chancha Francisca, entre muchos otros. Y la suma de propuestas promete curiosos contrastes, como un set de música electrónica en el cerro del Parque junto al montaje réplica de un poblado gaucho del siglo XIX.
La nueva versión de la Fiesta Final –el máximo evento cultural que se realiza en Uruguay y que es organizado por la Intendencia de Montevideo– augura la presencia de unos 40.000 espectadores, de acuerdo con el crecimiento sostenido de convocatoria que fue experimentando desde su creación: 8000 personas asistieron en 1999, unas 20.000 en 2000 y casi 35.000 el año pasado. Las crecientes cifras de público asistente fue llevando al festival a espacios más grandes, y la edición de hoy, en las canteras del Parque, abarcará un área de unos 45.000 metros cuadrados. El abrazo colectivo programado para la medianoche se vincula con el lema orientador del evento, “Una noche de paz, tolerancia, diversidad y respeto”, y prevé –cual sonoro y no contestatario apagón– la interrupción de todos los conciertos y la mirada al cielo, en silencio, de todos los asistentes, abrazados.