ESPECTáCULOS
› EL JUEVES PROXIMO COMENZARÁ EN EL HOYTS ABASTO LA IV SEMANA DE LA CRITICA
¿Qué más se puede hacer, salvo ver películas?
El evento, organizado por la Fipresci, permitirá apreciar, antes de su estreno comercial, algunos de los mejores films que se verán en la temporada 2002. Entre otros, los trabajos más recientes de Nanni Moretti, los hermanos Coen, Takeshi Kitano y Doris Dörrie.
› Por Horacio Bernades
En medio de la parálisis general, los ámbitos del cine y la cultura todavía dan pelea. Un buen ejemplo es la IV Semana de la Crítica, un grupo de preestrenos especialmente seleccionados por críticos de cine locales, que servirá como anticipo de lo mejor que habrá para ver durante el año. Las películas más recientes de Nanni Moretti, los hermanos Coen, Takeshi Kitano y Doris Dörrie, así como Bolivia, de Adrián Caetano, serán parte de este evento que, como viene ocurriendo desde 1999, organiza la filial local de Fipresci (Federación Internacional de la Prensa Cinematográfica).
Instalada por segundo año consecutivo en el complejo Hoyts-Abasto, la IV Semana de la Crítica se desplegará desde el jueves próximo hasta el miércoles 13 de febrero. La filial local de Fipresci, compuesta por críticos de los más importantes medios y revistas especializadas, aprovechará la ocasión para entregar sus premios anuales a la producción nacional y extranjera. En el marco del evento se presentará Nuevo cine argentino: Temas, autores y estilos de una renovación, texto escrito por varios de sus miembros, que constituye la publicación inicial de esa entidad y es el primer libro que se edita sobre el tema.
Haciendo honor al tema de esa publicación, la semana se abrirá con Bolivia, la película de Adrián Caetano (correalizador de Pizza, birra, faso y responsable artístico de la inminente Un oso rojo) que, según todo indica, podría ser el equivalente 2002 de La ciénaga: el nuevo emblema del cine independiente, premiada ya en Cannes, San Sebastián y Londres. Bolivia confirma la predilección del correalizador de Pizza, birra ... por el realismo sucio y las pequeñas tragedias urbanas. En ella, Caetano pone sobre el tapete cuestiones que a la sociedad argentina no le agrada asumir, como la intolerancia racial y la guerra de pobres contra pobres. Si la negrura baña la película de Caetano, otros dos films del ciclo visitan, aunque de modo más ortodoxo, la tradición del film noir. Se trata de El hombre que nunca estuvo, lo más nuevo de los hermanos Joel y Ethan Coen, y el thriller psicológico El precio del silencio (The Deep End), una de las sorpresas de la última temporada estadounidense.
Ganadora del premio especial del jurado en la última edición de Cannes y segura candidata a varios rubros en la próxima entrega de los Oscars, El hombre que nunca estuvo vuelve a poner a los Coen en la senda de films como De paseo a la muerte y Fargo, luego de las lúdicas El gran Lebowski y ¿Dónde estás, hermano? Filmada en un blanco y negro que les permite citar a destajo el film noir de los años 40, The Man Who Wasn’t There pone camino al Oscar al siempre sorprendente Billy Bob Thornton, quien compone aquí a un peluquero, que intenta torcer su destino acudiendo a un chantaje. Crimen, extorsión y un plan que se va de las manos son también componentes de El precio del silencio. Para acentuar las coincidencias, The Deep End es producto de un dueto, el integrado por los realizadores Scott McGehee y David Siegel, y cuenta con su propia candidata “de fierro” al Oscar, la británica Tilda Swinton (Orlando), quien habría logrado aquí su mejor papel hasta la fecha.
El costado criminal del ciclo se completa con Brother, primera película que el japonés Takeshi Kitano realiza en Estados Unidos. Como en otras ocasiones, el realizador de Violent Cop y Flores de fuego le da aquí una vuelta al cine de gangsters, narrando una guerra entre mafiosos italoamericanos, nipones, afroamericanos y latinos, en pleno Los Angeles. Aseguran que, en lugar de americanizarse, el duro Kitano se muestra aquí “más japonés que nunca”. Los otros tres films son como un seleccionado del mejor cine europeo. Ganador de la Palma de Oro en Cannes ‘91, Nanni Moretti marca, con La habitación del hijo, un corte en su carrera. No más asociaciones libres y caprichosas, ni divertidísimas digresiones. Escrita, protagonizada y dirigida por el propio Moretti, La estancia del hijo es una devastadora meditación sobre la muerte y el duelo.
Otro nombre esencial del cine europeo, otro clásico en los ciclos Fipresci, es la alemana Doris Dörrie, que luego de Nadie me quiere y ¿Soy linda? vuelve a la carga con Sabiduría garantizada, filmada en video digital. Siempre en ese tono que pasa de lo cómico a lo trágico y de la excentricidad a la hondura, Sabiduría garantizada presenta a dos señores muy alemanes que de un día para otro deciden partir a Tokio en busca de un monasterio budista y la consiguiente cuota de iluminación. Claro que la decisión la toman en medio de una borrachera. Finalmente, no podía faltar la cuota de Dogma danés. Aunque esta vez con sus peculiaridades, ya que Italiano para principiantes es la primera película de esa secta realizada por una mujer. La realizadora Lone Sherfig respetó las consignas de cámara en mano, iluminación natural y espontaneidad creativa, pero todo ello para poner en escena el tour erótico-amoroso que varios daneses emprenden, con Venecia como puerto de llegada. Según el crítico de The New York Times, Italiano para principiantes se parecería a una comedia clásica, “pero filmada por Cassavettes”. Esa clase de cruces parecería definir también la programación de esta nueva semana Fipresci. Que, como en anteriores ocasiones, abraza con voluntad de amplitud el más vital eclecticismo.
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