ESPECTáCULOS
› “8 MILE, CALLE DE LAS ILUSIONES”, UN INTERESANTE FILM DE CURTIS HANSON
Los orígenes del rap, según Eminem
› Por Martín Pérez
Como Karate Kid, pero con palabras en vez de golpes. Así es 8 Mile, el debut cinematográfico de Eminem. Una película que termina como comienza: arriba de un escenario. Pero un escenario que es un ring, literalmente y no como metáfora de una vida pop dedicada a crecer en público, aunque también eso. Un ring sobre el que debe aparecer el verbo para vencer al adversario. Porque uno de los logros de 8 Mile es el de ser una película musical preocupada mucho menos por la música que por la palabra. Nada extraño viniendo de Curtis Hanson, un director que se ha hecho respetar gracias a sus adaptaciones al cine de sendas novelas de James Ellroy y Michael Chabon: Los Angeles al desnudo y Fin de semana de locos.
Cuando llega la hora de hacerlas escuchar, las palabras de Eminem suenan contundentes. Pero cuando se están gestando son apenas garabatos mínimos sobre el papel, garabatos muy parecidos a los que aparece haciéndose en la mano en el afiche del film. Según Hanson, así es como Eminem compone sus rimas. También según Hanson, una de las cosas que más le preocuparon a la hora de aceptar el reto de dirigir a Eminem en su debut cinematográfico era saber si se lo iba a tomar en serio. A juzgar por lo que se puede ver en pantalla, Eminem se tomó su trabajo en serio. Enojado y frunciendo el ceño, el rapper encarna con decisión su papel, el de un joven blanco perdido en un mundo de negros como es Detroit.
En ese entorno es donde se crió el rapper blanco más importante de la historia, más allá del límite de las ocho millas a las que hace mención el título original del film, que es el límite urbano de Detroit. También es el límite que separa lo verdadero de lo falso, a los negros de la white trash (“basura blanca”), que es como se denomina despectivamente a los blancos de clase baja en los Estados Unidos. De allí salió Eminem, y ahí es donde vive Rabbit, su alter ego en 8 Mile. No es sin embargo la vida de Eminem la que cuenta el film, sino una semana en la vida de Rabbit, de la fábrica a casa y de casa al club de rap.
Clásico film de iniciación, si algo pide a gritos 8 Mile es credibilidad. Para ello es que, no casualmente, Hanson contrató al director de fotografía de Amores perros, Rodrigo Prieto, y al responsable del diseño de producción de Traffic, Philip Messina. Dos infiernos urbanos reunidos en uno a la hora de retratar al oscuro Detroit donde nacieron las rimas de Eminem, en aquel 1995 en el que está ambientado el film. A esa oscuridad que contribuye a la apuesta de credibilidad de un film que, en lo básico, no se diferencia mucho de lo más clásico a la hora de desarrollar una iniciación juvenil, hay que sumarle la intención de Hanson de huir lo más que se puede de la causa/efecto alrededor de la cual se construyen los guiones más previsibles. Sin haberlo logrado por completo, hay en 8 Mile un espacio para que sus personajes cobren vida ,incluso al punto de sorprender dentro de un tópico tan previsible como el interés amoroso.
El film sirve para explicar el rap más allá de las poses violentas y/o sexistas de los videos. Hay una escena en particular, realizada frente a la fábrica en la que trabaja Rabbitt, que sirve de ejemplo. En ella, durante la pausa del almuerzo varios obreros se reúnen a rappear. La que abre el fuego es una mujer, le sigue un grandote y por último cierra Rabbitt. Según Hanson, en esa escena se resume la historia del rap: de la denuncia de la primera obrera, a la violencia ydel segundo, hasta llegar a la ironía de Eminem.
Más allá de los deseos de su director, viendo 8 Mile es posible comprender mucho más acerca del rap y sus orígenes. Tanto por la descripción del entorno dentro del cual nace comopor la posibilidad de meterse –tal como lo hizo Hanson, un outsider del género– dentro del ghetto de los duelos verbales, hasta disfrutar con la batalla final, un capítulo aparte. Película por derecho propio antes que un mero producto promocional en la estrella musical del momento, 8 Mile es, eso sí, un clásico film juvenil. Al menos tan clásico como ha pasado a serlo Eminem.
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