ESPECTáCULOS
› “JONES, EL ROBOT”, UN ESTRENO DE CARTOON NETWORK
Un alumno lleno de tuercas
La serie ubica a un robot de un metro de alto y doscientos kilos de peso en una escuela, en la que coleccionará toda clase de problemas.
› Por Oscar Ranzani
¿Alguna vez las máquinas podrán tener sentimientos? Esta pregunta que desvela a los científicos desde que la cibernética avanzó a pasos agigantados y las computadoras lograron alcanzar operaciones de razonamiento lógico similares a las humanas, aún no tiene respuesta en el mundo de la ciencia. Sin embargo, el escollo resulta superado en “Jones, el robot”, un dibujo animado, producción original de Cartoon Network, que se estrenará por la señal infantil el viernes que viene, a las 19.30. La nueva serie tiene como protagonista a Jones, un robot que, al igual que cualquier adolescente, va al colegio, hace los deberes y está aprendiendo a sentir atracción por las chicas. Sólo que el bueno de Jones tiene algunas particularidades: posee 9468 megavoltios de memoria, pesa 227 kilos y apenas sobrepasa el metro de altura. Jones es, además, un prototipo experimental diseñado para interactuar con humanos y está programado con emociones básicas que lo ayudan a relacionarse. Aunque todavía no está acostumbrado a ponerlas en práctica y, en consecuencia, resulta un tanto torpe y termina metiéndose en problemas. Además de los viernes, “Jones, el robot” se emitirá los sábados a las 10.30 y los domingos a las 18.30.
Jones es producto de la relación sentimecánica de los sistemas operativos de sus ancestros. Su papá es un brazo soldador en una fábrica de autos y su mamá trabaja como bomba de nafta. Ambos son de otras generación y fueron diseñados, a diferencia de su hijo, para servir a los humanos. Esto produce conflictos con el pequeño robot, del que no entienden su programación. A su vez, Jones trabó amistad en la escuela Polyneux con Calcetín, un adolescente que le explica los secretos del comportamiento humano y lo resguarda de sus travesuras. Además, a Jones se le erizan los electrodos desde que conoce a Shannon, una chica cuyo mayor atributo para el robot consiste en los metales de ortodoncia que sobresalen de su boca. Pero como todo personaje bueno, Jones tiene sus malvados enemigos: los gemelos Yog. Jenny y Denny son dos adolescentes expertos en ciencia y matemáticas que tratan de aprovechar sus poderes para adueñarse del mundo, empezando por la escuela. Cuando Jones llega al colegio, el poder de los hermanos queda desdibujado y el robot termina siendo el centro de atención. Desde entonces, los gemelos Yog buscarán vengarse de Jones y construirán ellos mismos su propio superrobot.
En el primer capítulo los padres de Jones le recuerdan que debe ir a la escuela secundaria a recabar datos sobre los seres humanos. Jones no quiere saber nada, pero finalmente acata la orden y, cuando el micro escolar pasa por la puerta, sube y conoce a sus compañeros humanos. En la primera clase queda demostrado que Jones tiene una habilidad asombrosa para los cálculos matemáticos. Esto irrita de sobremanera al profesor MCMCMC, quien considera que tener un robot con un cerebro ultraligero puede ser un factor de distracción para la clase. Y, a su vez, el profesor se siente en inferioridad de condiciones, situación que lo lleva a reaccionar agresivamente cuando Jones es el único alumno que responde las difíciles cuentas con las que MCMCMC desafía a la clase. Como consecuencia, Jones es castigado en la dirección.
El director, quien detesta que los alumnos utilicen audífonos y jueguen con videogames, ve que la tecnología se va adueñando del mundo de las aulas. La presencia de Jones es para la máxima autoridad de Polyneux la gota que colma el vaso. No le cae simpático y encima, a veces, se le hace difícil manejarlo. Después de su primer día de clases, Jones tiene información grabada para su madre en su unidad central de procesamiento. “Los humanos son muy ilógicos, ineficaces y hablan muy raro”, cuenta “Además tienen mal genio, son irritables e inestables en general”. Pero las hembras de la especie “son un fenómeno bastante extraño”. Jones, entonces, habrá aprendido la primera lección.