ESPECTáCULOS
“Los excluidos generaron este cine con su lucha”
Mañana y el lunes próximo, el Festival de Berlín exhibirá seis documentales que reflejan las luchas sociales en el país, y que retoman la estética que marcó al cine político en los ‘60 y ‘70.
› Por Mariano Blejman
El cine piquetero pisará mañana las calles de Berlín para mostrar cómo es eso de resistir cortando rutas, encendiendo gomas y llevando consignas contestatarias. El público será esta vez de un Primer Mundo que, según dicen algunos, está envejeciendo rápido y necesita imágenes frescas. El Festival de Berlín mostrará seis documentales de cine piquetero: Por un nuevo cine en un nuevo país, realizado por Boedo Films (Grupo ADOC); Memoria, vacuna contra la muerte, Tercer tiempo, del Grupo Cine Insurgente; Ceramica Zanón, de Contraimagen; Piqueteros carajo (26/02/ Puente Pueyrredón) y Brukman es de los trabajadores de Ojo Obrero, sobr las fábricas recuperadas. Las historias de resistencia en el Tercer Mundo se verán en la fría Alemania mañana y el lunes próximo. “El Movimiento de Cine Piquetero es la continuación de ese cine realista y de compromiso social por el que bregaba Fernando Birri en su momento, luego Pino Solanas y Raimundo Gleyzer”, opina, desde Cuba, Fernando Krichmar, realizador del Grupo de Cine Insurgente, que cuenta cómo fueron seleccionados los documentales que retoman la estética de los años ‘60 y ‘70, aggiornados para ser vistos en 2003.
Del Grupo de Cine Insurgente surgió la convocatoria al ciclo de Cine Piquetero que se realizó en el Cosmos en diciembre de 2001, poco antes del estallido. Allí se juntaron grupos que producían documentales sobre las luchas piqueteras. Desde entonces los organizadores mostraron el material como un “combo” contestatario y multimedia. “Siempre que tenemos un contacto o una charla internacional mostramos el ciclo completo. Y no solamente lo nuestro. No creemos en la concepción individualista del autor, ni en la uniformidad de un solo discurso”, dice Alejandra Guzzo, también en Cuba, en la cátedra de producción de la Escuela de San Antonio de los Baños, en La Habana. Semanas después, aparecieron experiencias nuevas, como la Asociación de Documentalistas y el colectivo Argentina Arde.
Krichmar también está dando clases de dirección de cine en La Habana. “Las masas de excluidos generaron estas producciones con su lucha”, opina el realizador. Krichmar tiene claro que muchos de sus entrevistados vieron cine por primera vez con la proyecciones que ellos mismos hicieron en asambleas piqueteras y populares. El alemán Peter Shumann, uno de los organizadores de la Berlinale, se interesó por el cine piquetero. “Es un profundo conocedor del cine latinoamericano. Incluso tiene un excelente libro sobre el cine cubano que pasó de largo de las estanterías de muchos de nuestros ‘cinéfilos’”, cuenta Krichmar.
Shumann selecciona las películas para América latina: el mismo puesto tenía en la época en que Birri, Gleyzer y Solanas hacían sus primeras armas en Europa. Es más, realizó filmaciones sobre ellos que permanecen inéditas. Shumann invitó a los realizadores actuales después de haber sido contactado por el colectivo Argentina Arde en Buenos Aires. “Desde el principio se mostró interesado en el nuevo cine político y social que en este momento de crisis profunda retoma viejos conceptos que en los ‘90 parecían desaparecidos”, cuenta Guzzo.
El mes pasado, Shumann les dijo que a pesar de ser un festival de películas en 35 milímetros iba a encontrarles un espacio. El mismo hizo la selección y permitió, según Krichmar, “que nuestras producciones entren en contacto con otros compañeros que luchan contra el capitalismo en otras partes. Difundir nuestros materiales nos permite mostrar nuestra voz en un mundo donde impera el criminal cerco mediático de los pulpos del poder”. Históricamente, la Berlinale se comportó como una ventana en Europa para el nuevo cine de América latina y el documental en especial.
Pero si de continuidad histórica se trata, el Grupo de Cine Insurgente se tomó las cosas bien a fondo. “Estuvimos compartiendo unos días maravillosos con Birri, uno de los fundadores de esta escuela junto a García Márquez, Tomás Gutiérrez Alea y Julio García Espinosa,actual director. Birri inició la Escuela de Santa Fe en 1959 y de allí salió Tire Dié. Es un referente”, concluye Guzzo.