Por Esteban Pintos

En el lugar histórico del mayor encuentro folklórico de la Argentina, la Plaza Próspero Molina de Cosquín, comenzará esta tarde la segunda edición del festival Brahma Cosquín Rock, con un cartel impactante y variado que reúne a buena parte de lo más convocante de la actual escena del rock argentino. Charly García, Divididos, Los Piojos, Attaque 77, El Otro Yo, Pappo’s Blues, Catupecu Machu, Babasónicos, Mimi Maura, Erica García y otras treinta bandas y solistas animarán las tres jornadas del festival (ver recuadro). Según estimaciones de la organización, se esperan unas 30.000 personas en total (las entradas cuentan 12 pesos por cada día, y 28 para las tres jornadas), que se repartirán entre la zona de butacas ya establecidas en la plaza y una nueva zona, bautizada “pogódromo”. La idea de instaurar un corralito rocker para sacudirse y empujarse es posible porque desde el martes se están retirando unas 2400 butacas ubicadas cerca del escenario Atahualpa Yupanqui. Así quedará un espacio que albergará a 5000 personas.
En los alrededores de la plaza, tal como sucede con el folklore, se espera el “otro” festival: puestos de comida, merchandising y artesanías, más los eventuales y circunstanciales músicos. Según informó el diario La Voz del Interior de Córdoba, el costo total de este emprendimiento artístico ciertamente atípico dada la situación económica del país, es de 310.000 pesos. El sponsor principal aportará un 25 por ciento de esta cifra y el resto espera obtenerse por la venta de entradas, que según se informó desde la organización, ya están agotadas. El gobierno cordobés, a través de la Agencia Córdoba Cultura, correrá con los gastos del operativo de seguridad, que constará de 400 policías provinciales.
Hoy a partir de las 17.30 se iniciará la música, con una serie de grupos ganadores de una competencia pre Cosquín –a la manera del folklore, también–, que surgieron durante el año pasado en varias ciudades del interior. Ya por la noche, se verá un programa casi monopolizado por nombres grandes y no tanto del llamado rock barrial, empezando por Los Tipitos, La Mancha de Rolando, 2 Minutos (punk barrial, en este caso) y Cabezones. Los números fuertes de esta primera jornada serán El Otro Yo, Attaque 77 y Los Piojos. El trío liderado por los hermanos Cristian y María Fernanda Aldana, por ejemplo, ya pasó por el mismo escenario el año pasado y desató una mini-polémica que, por supuesto, va más allá de un simple cruce de consignas. “¡La cumbia es una mierda!”, gritó el mayor de los Aldana al momento de su presentación –tal como quedó registrado en el disco en vivo Contagiándose la energía del otro–, a lo que Gustavo Cordera, cantante de la Bersuit (ausentes en esta edición), respondió “¡La cumbia es una masa!” desde el mismo escenario. Luego será el turno de Attaque 77, seguramente la banda argentina que más trabaja y gira por Argentina, Latinoamérica e incluso Europa –el año pasado, llegaron a tocar en Suiza–, con más de diez años de carrera y la chapa de clásico punk. El cierre será para Los Piojos, quienes en una imaginaria tabla de posiciones de convocatoria popular sólo pueden ser superados en estos momentos por Patricio Rey y sus Redonditos de Ricota, y se ubican por encima de La Renga, los grandes ausentes en el festival. Este año, la banda que lidera el cantante y compositor Andrés Ciro Martínez, prepara la edición de un segundo disco en vivo, titulado Ritual II, y recién sobre fin de año iniciará la grabación de un nuevo álbum de estudios.
El sábado habrá mucho rock, con algunos clásicos del género más la energía eléctrica en estado puro de los dos tríos más potentes del momento: Catupecu Machu y Divididos. Luego de los grupos elegidos en el pre Cosquín, el guitarrista Miguel Botafogo iniciará una seguidilla de rock y blues que continuará con Pappo’s Blues –seguramente la mayor institución del género–, La Mississipi, MAM (liderados por Omar Mollo, hermano del ahora mediático Ricardo) y el cuarteto de las camperas decuero Riff, en su enésima encarnación con Pappo al frente una vez más. El cierre correrá por cuenta de Catupecu Machu, tal vez el grupo argentino de mayor crecimiento durante el año pasado, a partir de la repercusión de un muy buen álbum como Cuentos decapitados (editado en 2000); y Divididos, instalado en su lugar de clásicos del rock argentino. El trío formado por Mollo, Arnedo y Araujo ya está trabajando en la pre producción de un nuevo disco para este año, sucesor del notable Narigón del siglo, y presentará algunas de esas nuevas canciones en el escenario Atahualpa Yupanqui.
La expectativa del domingo, claro, está representada en la siempre convocante figura de Charly García, a cargo del cierre de las tres noches. Se recuerda, en este caso, la relación amor-odio de García y la provincia de Córdoba, una historia plena de pequeños escándalos, actuaciones memorables y comportamientos que golpean la conciencia media de la sociedad cordobesa. En Cosquín, por ejemplo, García derribó unos cuantos prejuicios cuando fue invitado a la actuación de Mercedes Sosa en 1997. Ahora, cabe esperar algo de eso. El rocker (que ayer fue sobreseído en la causa que se le seguía luego de haber lanzado sobre un grupo de periodistas una mesa ratona desde el balcón de su casa, en marzo de 2000) habló de devolver aquella invitación a la cantante tucumana y de sumar a Diego Maradona, e incluso invitar a los pianistas Martha Argerich o Bruno Gelber, vestir una bandera a manera de capa e interpretar su versión del Himno Nacional como final de su performance. La otra dosis de morbo estará en una posible reunión de Sumo, especulación sostenida en la presencia de Divididos, Las Pelotas y el grupo Buda, con el baterista Alberto “Superman” Troglio y el actor-cantante Andrea Prodan (hermano de Luca), más una posible presencia del animador televisivo y ex saxofonista Roberto Petinatto, quién habría sido “invitado” por la producción del festival. Por ahora, se parece más a un deseo de los organizadores que a una certeza.