ESPECTáCULOS
› JORGE COSCIA Y MIGUEL PEREIRA HABLAN DEL 18º FESTIVAL INTERNACIONAL DE MAR DEL PLATA
“Estamos buscando un cine que no sea hegemónico”
El encuentro, que se desarrollará entre el 6 y el 15 de marzo, presentará 120 películas. Batallando contra la crisis y con una fecha que lo ubica entre Berlín y Cannes, el festival busca consolidar su perfil. “Las estrellas deben ser las películas, no las figuras invitadas”, dijeron los responsables.
› Por Horacio Bernades
“En su decimoctava edición, el Festival de Mar del Plata será austero, pero no autista. Un festival de cine debe responder a la realidad del país organizador, y nadie ignora que en este momento la Argentina atraviesa una etapa difícil, en la que mucha gente no tiene ni para comer. Si una parte de la población pasa hambre y privaciones, sería una canallada que en un festival cinematográfico se derrocharan enormes sumas de dinero. Pero esa necesidad de austeridad afecta más la posibilidad de contar con una gran cantidad de invitados de renombre que a la programación en sí, que confiamos va a estar a la altura de lo que imaginamos.” Las afirmaciones pertenecen a Jorge Coscia, director del Instituto de Cine y Artes Audiovisuales y presidente del Festival Internacional de Cine de Mar del Plata, y definen el perfil que las autoridades pretenden para esta nueva edición del evento, que este año se desarrollará a partir del jueves 6 y hasta el sábado 15 de marzo, en la ciudad balnearia.
Acompañado por Miguel Pereira –director de La deuda interna y coordinador artístico del festival tras la renuncia de su anterior director artístico, el ex crítico cinematográfico Claudio España– Coscia anunció los principales lineamientos de esta nueva edición del festival. Además de su carácter poco dispendioso (“austeridad” fue la palabra más escuchada durante el encuentro), los otros ejes destacados por Coscia y Pereira fueron el lugar que se le quiere dar al cine latinoamericano en el marco del evento, así como su carácter de rampa de lanzamiento para las coproducciones cinematográficas entre la Argentina y países europeos. De las 120 películas que conforman la grilla del festival, más de una treintena, repartidas en las distintas secciones, provendrán del resto de Latinoamérica.
Por otra parte, en una sección llamada “Raíces” se exhibirán películas producidas en las siete comunidades autónomas españolas. Esta sección se presenta como parte de un programa de coproducciones del mismo nombre, que el Instituto viene llevando adelante con vistas a fomentar realizaciones conjuntas con los países europeos que más contribuyeron con las corrientes inmigratorias hacia la Argentina. De las 16 películas que constituirán la muestra competitiva (ver aparte), seis de ellas son de origen iberoamericano. Se incluyen allí dos argentinas –El fondo del mar, esperada opera prima de Damián Szifron, creador de “Los simuladores”, y Valentín, de Alejandro Agresti– y una tercera dirigida por un argentino radicado en Francia (Hugo Santiago, director de la mítica Invasión). A su turno, una de las secciones más nutridas (“América Latina XXI”) recogerá catorce películas producidas en la región. Por otra parte, la película de apertura será el film brasileño Cidade de Deus –cuyo director, Fernando Meirelles, se hará presente durante el festival– mientras que el cierre quedará a cargo de Salomé, lo más nuevo de Carlos Saura, quien también viajará hasta Mar del Plata.
“En verdad, hubiéramos querido tener más películas argentinas y latinoamericanas”, reconoce Miguel Pereira en un aparte con Página/12. “Pero nos enfrentamos con un problema real: durante el año pasado, como consecuencia de los problemas económicos, disminuyó la producción cinematográfica de la región. Hay un segundo problema, y es que buena parte de la producción de nuestras cinematografías se está haciendo en sistema digital. Nosotros no tendríamos ningún inconveniente en proyectar esta clase de realizaciones, y de hecho pensamos hacerlo, de modo extraoficial. Pero los reglamentos de la FIAF (la organización que rige a los festivales de cine clase A) impiden el concurso de películas no terminadas en celuloide. Como la producción de cine argentino y latinoamericano va a ser mayor durante el 2003 que el año pasado, damos por descontado que para el 2004 vamos a tener más material para programar. En cuanto a las producciones en digital, esperamos que tarde o temprano la FIAF empiece a aceptarlas.”
Si bien ven un inconveniente en el hecho de que el festival de Mar del Plata se celebre en marzo (“queda justo entre Berlín y Cannes, con lo cual la búsqueda de películas se complica, porque todo el mundo prefiere mandarlas allí”), tanto Coscia como Pereira destacaron ante Página/12 que, de todos modos, los festivales mayores se ven cada vez más acaparados por el cine de Hollywood, del cual Mar del Plata pretende diferenciarse. “No se trata de elegir películas de segunda línea”, aclaró Coscia con vehemencia durante el encuentro con la prensa, ante la observación que en ese sentido hizo una periodista presente. “Se trata de elaborar una programación que le dé lugar a un cine no hegemónico, producido tanto en Europa como en los países periféricos, y en ese sentido hemos elegido de acuerdo al perfil que queremos darle al festival”. De todos modos, Pereira confesó ante este diario que preferiría que el festival de Mar del Plata se celebrara en otra fecha. “No sólo para no quedar encerrados entre Berlín y Cannes, sino también para que haya una adecuada separación entre nuestro festival y el de Cine Independiente de Buenos Aires, con el que venimos manteniendo un diálogo muy fluido.”
El otro punto ante el cual Coscia reaccionó con firmeza fue el de la supuesta “ausencia” de grandes figuras. “En primer lugar, no tenemos suficiente plata para traerlas, pero además sería fuera de lugar hacer grandes inversiones en ese terreno, en momentos en que los trabajadores de la cultura se las ven en figurillas para sobrevivir. Por otra parte, ante la inminencia de un enfrentamiento bélico, muchos ciudadanos estadounidenses o europeos prefieren no moverse de su casa. Igualmente, tanto Pereira como yo coincidimos en que las verdaderas estrellas de un festival deben ser las películas y sus realizadores.” Al día de hoy, los invitados confirmados –además de los directamente involucrados con las películas que serán parte de la programación– son la actriz Emily Watson (Contra viento y marea) y el español Sergi López, visto en Western, Una relación particular y Un amigo que te quiere bien.
Dentro de la programación cobran particular relieve las secciones “Ventana documental” (que aspira a recoger la eclosión que ese género viene teniendo durante los últimos años) y “Cerca de lo oscuro”, que presentará producciones aptas para las medianoches, además de sendos homenajes al cineasta brasileño Nelson Pereira dos Santos (realizador del clásico Vidas secas) y Nicolas Roeg (Venecia rojo shocking). Como de costumbre, convendrá prestarle atención a la sección “La mujer y el cine”, todo un clásico de Mar del Plata, que este año presentará títulos de Agnieszka Holland, Vera Chytilová, Caroline Link y Lourdes Portillo. Un rápido paneo de la programación permite destacar títulos como El lobo de la costa oeste (lo más nuevo de Hugo Santiago, que se presentará en competencia), 24 hours party people (Michael Winterbottom), Irreversible (Gaspar Noé), el film de terror thailandés The Eye (de los hermanos Chang), 800 balas (flamante paella-western de Alex de la Iglesia) y cuatro documentales del brasileño Walter Salles, director de Estación Central y la inminente Viajes en motocicleta, sobre el periplo de Ernesto “Che” Guevara por Latinoamérica. “La idea es mostrar un cine que permita conocer la manera en que otros ven el mundo, más allá de lo que muestra el cine hegémonico”, sintetiza Miguel Pereira. En días más podrá comprobarse si, a la luz de esas intenciones, finalmente este tan trajinado festival comienza a definir un perfil reconocible.
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