Si el conjunto formara una figura geométrica, las tres conductoras de “Grandiosas” podrían representar un triángulo, no equilátero, obviamente. Sin embargo, la composición que Fanny Mandelbaum, Laura Oliva y Karina Mazzocco logran armonizar en cámara corresponde a un singular equilibrio. En sus propias definiciones, Mandelbaum es la voz de la tolerancia, Oliva el reclamo que no calla, Mazzocco, el justo punto intermedio. Esa disposición es una de las claves que le dieron al programa una posición privilegiada entre los ciclos de la tarde, durante la temporada que pasó. Ellas apuestan a mantener esta fórmula en la nueva etapa del programa, que se inicia el próximo lunes a las 14 por Canal 13. Con algunos cambios de forma, como la participación de una tribuna de hombres los miércoles, y una opción temática para los viernes –que tratará de recrear la cultura de distintos países–, “Grandiosas” espera seguir seduciendo a sus televidentes aunque el menú ofrezca platos diferentes.
Lo esencial, aseguran en la entrevista con Página/12, no se modificará. “Podemos tratar temas de actualidad con un tono jocoso –explica Mandelbaum– sin caer en lo burdo y sin dejar de dar información.” El ejemplo viene a cuento de un tema cruel, una violación a una menor, que se impone en la agenda de la semana del debut. “Nosotras, ante este tema, nos planteamos la necesidad de hablar con los chicos, porque ellos no tienen que tener miedo ni vergüenza –agrega Mandelbaum– y deben saber que no tienen la culpa, pero hay que educarlos para que así sea.” Laura Oliva señala que “está bueno tener el espacio para tratar el tema, no como información porque para eso están los noticieros, sí para encararlo desde la prevención”. Según Mazzocco, “esto me hace pensar en cómo funciona la tv en estos días, porque está el espacio para informar y debatir y también hay lugar para el entretenimiento que descomprime, pero no se llena la brecha que separa comunicación y educación. La gente frente al televisor está dispuesta a recibir lo que se le ofrece, y esa responsabilidad se elude desde la programación, por eso rescato la oportunidad de plantear estos temas desde este lugar humilde, casi casual, de charla y discusión entre tres mujeres muy diferentes”.
–Siendo tan distintas, ¿cómo logran esa química tan natural?
Fanny Mandelbaum: –Influyeron la autenticidad y el permitirnos ser auténticas. Lo demás fue fluyendo, no hubo una fórmula. Hubo ganas de juntarse y charlar. A pesar de lo que muchos pensaban al principio, incluso nosotras mismas. Eso no se puede simular y la gente aceptó que nos divirtamos en serio y que opinemos.
Karina Mazzocco: –La pauta la dio la producción, que sin saber bien qué iba a suceder, proyectó algo y salió bien, congeniamos enseguida.
Laura Oliva: –Al principio fue un escollo el hecho de encontrar tantas coincidencias y no tener puntos de vista polarizados. Hubo una especie de sacudón por cómo armamos la polémica. Lo que logramos fue poder dar esa opinión desde lugares distintos: la conciliadora Fanny, Karina el sabio equilibrio y yo la drástica, ahí se armó la diferencia, sin estereotiparnos. Y fluye.
–¿En qué formato incluirían el programa, entendiendo que se basa en la personalidad de sus conductoras?
L. O.: –Básicamente no es un programa femenino, ni un talk-show.
–¿Por qué es tan tajante esa definición?
F. M.: –No tenemos chismes, las noticias son de verdad aunque sean un poco locas, y tenemos cosas positivas, todo viene negro del noticiero y en la vida también pasan cosas buenas.
K. M.: –Quizá la definición es el magazine, porque no cumplimos con los requisitos de los programas femeninos y nadie se pelea en nuestras tribunas como en un talk-show.
–¿Qué expectativas tienen con la tribuna de hombres?
K. M.: –El año pasado tuvimos una tribuna de hombres y otra mitad mujeres y mitad hombres. Y ocurre energéticamente algo diferente, esinteresante tener un día a los señores sentados con sus pulsadores y ver qué devolución hacen ellos de nuestras opiniones.