Sáb 29.03.2003

ESPECTáCULOS

Todo es posible en la era Bush

En Estados Unidos, las canciones country que glorifican los bombardeos conviven con otras rockeras de protesta antibélica.

› Por Esteban Pintos

Estados Unidos en tiempos de guerra con Irak ofrece todas las variantes posibles de reacción pop frente al horror: orgullo, desconcierto, indiferencia, tristeza, asco. Desde los himnos bélicos country de Toby Keith (su canción “Cortesía de la roja, azul y blanca - los americanos furiosos”, es la favorita de George W. Bush) al sitio de canciones de protesta impulsado por el guitarrista de Sonic Youth, Thurston Moore (www.protest-records.com), pasando por las canciones urgentes de Beastie Boys (“En un mundo que se ha vuelto loco”) y R.E.M. (“El colmo”), libres y gratuitas de ser bajadas de sus sitios de Internet. Todo puede suceder, y bien lo sabe el grupo femenino country-pop The Dixie Chicks. Mientras tanto, como síntoma de ¿normalidad?, el ranking Billboard de discos más vendidos del país está encabezado por un rapper que se jacta de la cantidad de balazos disparados y recibidos por traficar drogas (50 Cent, cinco millones de copias vendidas de su debut Get rich or die tryin) y una cantante que repite dulcemente “No sé por qué” (Norah Jones, 4,8 millones de copias de su debut Come away with me).
“Estamos avergonzadas de que el presidente de los Estados Unidos sea de Texas”, dijo Natalie Maines, una de las tres texanas integrantes de las popularísimas Dixie Chicks, en una pausa del show que estaban brindando en Londres. Desde el lunes 10 de marzo, la noche del “comentario” (“en un momento en que su país inicia una carrera por lanzar himnos bélicos, esto es prácticamente punk-rock”, escribió luego la periodista Betty Clarke en el diario The Guardian), Maines y sus compañeras viven una especie de calvario público. Las ventas de su último disco, Home, descendieron un 42 por ciento en la última semana. Ciudadanos de Lousiana ofendidos por la frase impulsaron un acto de “aplastamiento” de CD del grupo (con un tractor, literalmente, le pasaron por encima). Las canciones del grupo fueron retiradas de difusión por pedido de oyentes molestos y por decisión de varias de las cadenas radiales más importantes del género en la zona Oeste del país. La Legislatura del estado de Carolina del Sur aprobó una declaración pública de repudio al grupo y las “invitó” a brindar un show gratuito para las tropas estadounidenses en Medio Oriente. El grupo vendió a lo largo de su carrera 25 millones de copias de sus discos y es uno de los más populares del país, por lo que una situación de esta clase no pasa inadvertida: Maines debió pedir disculpas públicas. “Como ciudadana americana preocupada por la realidad, me disculpo ante el presidente Bush porque mi comentario fue irrespetuoso”, comenzaba un comunicado de prensa firmado por la cantante.
“www.protest-records.com” existe para músicos, poetas y artistas que quieran expresar amor y libertad en la cara de la codicia, el sexismo, el crimen y la guerra”, es la escueta declaración que recibe quien ingresa a un sitio destinado a “regalar” en formato mp3 canciones de protesta de última generación, explícitas y radicales. Además de música, hay seis ilustraciones listas para ser utilizadas a manera de wallpapers (una de ellas ilustra esta nota). La iniciativa corre por cuenta de Thurston Moore (emblema de la modernidad newyorker) y el diseñador gráfico Chris Habib, y ya se acumulan ocho temas inéditos (entre ellos, el mencionado de Beastie Boys, uno de la solista Cat Power, la poeta Anna Waldman y el músico avant-garde Eugene Chadbourne) más una especial versión del clásico dylaniano –nunca más oportuno ahora– “Masters of War”, a cargo de Carla Bozulich y Scott Améndola. “Estaba escuchando a Steven Taylor en la iglesia de St. Mark Church. Cantaba una canción llamada ‘Go down, Congress’ sobre Dick Cheney y su relación con la empresa petrolera Halliburton. Pensé, ‘ésta es una gran canción de protesta, pero aquí sólo hay cien personas escuchándola’.” Ahora, millones en todo el mundo pueden hacerlo a través de un click de su mouse. “Hacer un disco cuesta mucho, sobre todo para los músicos independientes sin perfil público. Pero Internet nos da la posibilidad de tener una compañía discográfica por elprecio de un dominio. Tenemos canciones gratis para el pueblo, por lo que considero apropiada la denominación música de protesta”, declaró Moore. Es decir, una nueva forma de activismo social desde la música, y con alcance global.

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