ESPECTáCULOS
› MONICA LEWINSKY DEBUTO COMO CONDUCTORA TELEVISIVA
Los consejos de la becaria
La chica que causó casi un Watergate sexual conduce desde ayer “Mr. Personality”, nuevo reality show de la cadena estadounidense Fox.
Monica Lewinsky, más conocida como la becaria que hizo tambalear el gobierno de Bill Clinton, volvió ayer a las pantallas de la televisión estadounidense como conductora de un reality show llamado “Mr. Personality”. El programa da una vuelta de tuerca a los esquemas más o menos previsibles del género: cada una de las concursante tiene que elegir a su media naranja entre 20 hombres que le propondrán matrimonio, pero con su rostro oculto. El concurso, creado para la cadena Fox, se emitirá en siete episodios en los que Lewinsky, de 26 años, además ser la anfitriona operará como consejera sentimental de las jóvenes que buscan un marido ideal. El productor del programa, Brian Gadinsky, admitió que el aporte central de la ex becaria al programa no son sus dotes artísticas o sus conocimientos sentimentales, sino el factor curiosidad que despierta su figura en los televidentes.
Casi todo el mundo sabe que Lewinsky saltó a la fama tras mantener relaciones con el entonces presidente estadounidense Bill Clinton, cuando trabajaba como becaria en la Casa Blanca. No sólo su nombre sino su vestido manchado de esperma o sus conversaciones sobre sexo oral con el entonces presidente, grabadas en secreto por una compañera de trabajo, acapararon la atención de los medios de comunicación durante más de un año. En esa etapa, aun sin quererlo, la joven se convirtió en una celebridad televisiva. Su caso suscitó todo tipo de controversias y análisis, e incluso dos poderosas cadenas de televisión compitieron por los derechos de su biografía. No sólo eso: hubo debates de todo tipo sobre la conveniencia del sexo oral y hasta discusiones, fomentadas por la Casa Blanca, respecto a si practicarlo equivalía a mantener relaciones. Luego de esa época, que fijó su imagen de muchacha robusta en problemas, la ex becaria desapareció por mucho tiempo del centro de la atención pública, aunque su nombre, y su caso, sigan siendo notablemente famosos.
El retorno a la pantalla, precedido de una campaña de prensa que evitó todo tipo de entrevistas en que Lewinsky debiera hablar sobre el pasado de su vida, la exhibió más flaca y desenvuelta que lo que el público recordaba. Lewinsky dice que entiende que “Mr. Personality” es un paso más en una carrera en que se sueña, dentro de algunos años, presentando un programa político. Por ahora, sus dos máximas ocupaciones han sido diseñar una línea de carteras y bolsos y figurar en la agenda de los organizadores de fiestas con celebridades de Hollywood como una de las candidatas a participar de todas. En una de las entrevistas que concedió en los últimos días, Lewinsky no dudó en afirmar que una cosas son sus sueños respecto al futuro y otras son sus certezas, pero dejó claro que tiene muchas esperanzas depositadas en el mundo de la televisión. Hay una cosa casi segura: nunca será pobre, si se tienen en cuenta las fuertes ganancias que embolsó por los contratos que firmó con la televisión y con una editorial por los derechos de su biografía.