Vie 25.07.2003

ESPECTáCULOS  › “EL SEÑOR MARTIN”, DE GASTON CERANA

The British School of Burzaco

› Por Cecilia Hopkins

Estrenada durante el ciclo Teatro X la Identidad 2002, El señor Martín, de Gastón Cerana, hoy sigue ofreciéndose en el Teatro del Pueblo, con la dirección de su autor. La obra propone reflexionar sobre el tema de la necesidad de asumir los rasgos culturales propios, a través del discurso de un chico de clase media que vive pupilo en un colegio bilingüe que parodia a uno de los tantos institutos que rodean a la Capital Federal. Martín pertenece al improbable James Day Highschool, una suerte de territorio aristocrático que juega a ser un pedazo de Londres en pleno corazón... de Burzaco. Si bien la institución escolar –y con ella, los padres de Martín, que lo obligan a estudiar allí– aparece como centro de la queja del adolescente, un personaje concentra en sí mismo todas las responsabilidades del caso. Se trata del profesor de inglés (el Señor Martín o Mr. Martin, como él obliga a todos sus alumnos a llamarlo), un ferviente defensor de la cultura británica que detesta a todo lo que destile un aire criollo. Su principal objetivo consiste en lograr que todos sus alumnos piensen –y hasta sueñen, en más de un sentido– en idioma inglés. Junto a esta problemática aparecen detalladas todas las estrategias de integración posible que, según el autor, despliegan estas instituciones, a los efectos de crear lazos de identificación entre el mundo que propone la escuela y sus alumnos.
Aun cuando el docente confiesa que algunas de sus palabras preferidas de la lengua castellana son “disciplina” y “castigo”, su alumno Martín no siente odio hacia él. Es que este hombrecillo vivaz, que hace sonreír a todos sus discípulos a causa de su ostensible amaneramiento, no llega a despertar sentimientos tan negativos con su comportamiento ridículo. Interpretado con gran soltura y sentido del ritmo por Mariano Mazzei, el docente establece un juego muy dinámico con su alumno (Emiliano Dionisi) y hasta propone un ida y vuelta con la platea, que reacciona en consecuencia. Sin embargo, tanto desde la elaboración del personaje del profesor como desde la dirección, no acertaron al apostar al humor subrayando su condición gay. Porque si el tema de la obra es precisamente el de la identidad, no queda claro por qué se habla a favor de la necesidad de definir la identidad nacional al tiempo que la identidad sexual de un individuo pasa a ser motivo de risa y burla.

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