ESPECTáCULOS
› A LOS 77 AÑOS, FALLECIO EL DIRECTOR BRITANICO JOHN SCHLESINGER
El último de los “angry young men”
El director de títulos emblemáticos del cine inglés de los años ‘60 fue también el autor del clásico “Perdidos en la noche”.
Junto con Lindsay Anderson, Karel Reisz y Tony Richardson fue uno de los más destacados exponentes de los llamados “jóvenes iracundos” que renovaron el cine británico a comienzos de los años ‘60, pero su fama como director quedará asociada a un film esencialmente neoyorquino, Perdidos en la noche, que en 1969 se llevó tres premios Oscar de la Academia de Hollywood, entre ellos a la mejor película y al mejor director.
El autor de aquel film hoy legendario, que hizo de la pareja integrada por Dustin Hoffman y Jon Voight un dúo famoso en la historia del cine, John Schlesinger, murió ayer en un hospital de Palm Springs, en California, después de que en la noche del jueves fuera desconectada la máquina que mantenía sus funciones vitales. Schlesinger, de 77 años, había sufrido un ataque cerebral en diciembre de 2000, y en las últimas semanas su condición había empeorado sensiblemente, al punto que no pudo asistir a un homenaje que se le hizo en Los Angeles y que se convirtió en una despedida de la colonia artística radicada en Hollywood. “Amaba a los actores más que ningún otro director con quien yo haya trabajado”, declaró Hoffman.
Nacido en Londres en febrero de 1926, Schlesinger comenzó a interpretar diversos papeles como actor mientras era estudiante en la Universidad de Oxford. Después de trabajar durante una década con un éxito moderado, comenzó a hacerse notar como cineasta con los documentales The Innocent Eye (1958) y Terminus (1961), producidos por la BBC. Con ese último trabajo, que retrató una jornada en la estación de tren de Waterloo, el entonces incipiente realizador obtuvo un premio en Venecia que lo animó a realizar largometrajes de ficción. El primer paso en este sentido fue en 1962 con Algo que parezca amor, que anunció la aparición de un nuevo integrante de los angry young men al convulsionado cine británico de la época, que intentaba liberarse de lastres teatrales y respirar un aire nuevo, saliendo con sus cámaras a la calle, a retratar conflictos de la vida diaria.
Su aporte al swinging London de aquel momento se hizo sentir más aún con Darling (1965), una película que jugaba con una compleja estructura temporal y que consagró a la jovencísima Julie Christie, ganadora del Oscar a la mejor actriz. El director la volvería a convocar dos años después para uno de sus proyectos más ambiciosos, Lejos del mundanal ruido (1967), adaptación de la novela de Thomas Hardy, en la que Schlesinger hizo rodear a Christie de los más destacados actores británicos de la época: Terence Stamp, Peter Finch y Alan Bates. Su salto a Hollywood no pudo haber sido más resonante, con el éxito de crítica y público que mereció Perdidos en la noche (Midnight Cowboy). Esa buena estrella, sin embargo, no lo acompañó en su brillante adaptación de la novela de Nathanael West Como plaga de langosta (1975), probablemente su mejor film, una vitriólica mirada sobre el Hollywood de los años ‘30, pero que no encontró mayor repercusión en la boletería. Esa revancha vino con Maratón de la muerte (1976), tenso thriller con Dustin Hoffman y Laurence Olivier. A partir de entonces, la carrera de Schlesinger estaría hecha de alzas y bajas (con más bajas que alzas): Yanquis (1979), El halcón y el hombre de nieve (1985), La secta (1987), Madame Sousatzka (1988), El inquilino (1990), El inocente (1993) y Ojo por ojo (1996). Meses antes de padecer el accidente cerebral que finalmente le causó la muerte, estrenó Una pareja casi perfecta (1999), protagonizada por Madonna.