Mié 30.07.2003

ESPECTáCULOS

Los nuevos superhéroes ya están muy lejos del modelo de Superman

“Kid Músculo” y “Kirby”, dos series que Fox Kids estrenó esta semana, tienen personajes que preferirían hacer cualquier otra cosa.

› Por Emanuel Respighi

Paradojas de la modernidad. En tiempos en los que lo extraño predomina, la multiplicación constante de estilos diversos es la lógica regular y en los que nada permanece de la misma manera por mucho tiempo, lo clásico se vuelve innovador, rupturista. Sobre todo para las nuevas generaciones. En materia animada, la novedad ya no pasa por diseñar una historia interpretada por personajes de ojos rasgados, escenas multicolores y expresiones mínimas, características impuestas por el animé oriental. A esta altura, eso es más de lo mismo. Lo novel en el mundo animado pasa por la vuelta a lo viejo, por plasmar en pantalla un revival de creaciones pasadas. Al menos este pareciera ser el razonamiento que llevan incorporadas “Kid Músculo” y “Kirby”, las dos nuevas series animadas de acción y aventuras que Fox Kids estrenó esta semana, a partir de las 19.30.
Pasado ya el furor inicial de los ‘90 por el animé, el universo animado comenzó a delinear su reacción al formato oriental a través de algunos dibujos. El primer paso firme de la renovación lo dio el conocido Genndy Tartakovsky (“El laboratorio de Dexter”) a partir de su última creación, “Samurai Jack”, que combina en dosis justas la estética del animé y la occidental tradicional. En este caso, Fox Kids presenta dos series de acción en la que los “héroes” tienen características propias del antihéroe: son más bien gorditos, sensibles y, por sobre todas las cosas, muy temerosos. Nada parecido a la vitalidad y valentía de un Tarzán, un Batman, un Hombre Araña o Superman.
En “Kid Músculo” (lunes a viernes a las 19.30) el héroe tiene la nada insignificante tarea –repetida hasta al cansancio– de salvar al mundo de las fuerzas del mal. Claro que Kid no se ganó el lugar de “salvador” por méritos propios, sino que el rol se debe, muy a su pesar, a una cuestión de linaje: es el hijo de Rey Músculo, un poderoso guerrero que mantuvo a salvo a Planeta Músculo durante muchísimo tiempo. Por tal motivo, la importancia que se le adjudica dentro del planeta no tiene una base en su propia voluntad. Más bien todo lo contrario: Kid no quiere saber nada con enfrentar al mal. No porque no desee ser un guerrero patriota, sino porque no puede: es un sobreprotegido nene de mamá, sensible, llorón, perezoso y que aún va al colegio.
Pero su torpeza lo llevará a caer por error en la Tierra y descubrir, casi por casualidad, que tiene un poder oculto legado por su padre. Entusiasmado ante la novedad, Kid acepta la propuesta de la legendaria liga de campeones de enfrentar a los DMP, una banda de supervillanos que, ocultos bajo la apariencia de participantes del Campeonato de Lucha Libre, tienen planes de destruir el planeta. Para encaminar su carrera, Kid contará con la ayuda de cuatro divertidos personajes, entre los que se encuentra Meat, el ex entrenador de su padre, quien le enseñará cómo aprovecharse de su fuerza oculta.
En la otra serie, “Kirby” (lunes a viernes a las 20), el superhéroe escapa aún más del prototipo tradicional, aun cuando se trata de un guerrero proveniente de algún lugar del espacio. De aspecto redondo y femenino, Kirby debe ser el primer héroe masculino rosado que da la televisión, cuyo principal hobby es comer todo lo que encuentra a su paso, sin distinción alguna. Pero esa engañosa apariencia esconde el poder de inhalar los poderes de sus enemigos y atacarlos lanzándolos nuevamente sobre ellos.
La aventura comienza cuando Kirby llega a la Tierra y se convierte en el protector de los ciudadanos de Cappylandia, una ciudad sojuzgada por un inescrupuloso rey que quiere acabar con todos sus súbditos. Para ello, el rey Dededé se vale de toda clase de crueles monstruos que –fiel al capitalismo salvaje actual– adquiere en un tienda virtual exclusiva para déspotas. Apenas Kirby aterriza en Cappylandia, el rey trama un plan para eliminarlo, en un objetivo que a simple vista parece sencillo, pero que el simpático y torpe héroe se encargará de complicar. Siempre con la mismaestrategia: inhalando todo lo que se le cruza en su camino. Porque está claro que, en materia animada, los buenos casi siempre ganan. Sin importar la manera.

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