La familia de la actriz Marie Trintignant decidió repatriarla a Francia, pues no quiere que muera en Lituania, y logró el visto bueno de los médicos para el traslado. Su compañero sentimental Bertrand Cantat, sospechoso de haberla golpeado, fue encarcelado en Vilna. “La familia desea que, si debe morir, sea en Francia”, dijo el abogado Georges Kiejman. La hija del actor Jean-Louis Trintignant está mantenida con vida artificialmente y sus probabilidades de salvarse son nulas. La actriz, de 41 años y madre de cuatro hijos, se encontraba en Lituania a punto de finalizar el rodaje de una serie sobre la vida de la escritora Colette bajo la dirección de su madre, Nadine Trintignant. Fue intervenida quirúrgicamente en dos ocasiones, el domingo y el martes, sin que se redujera la fuerte presión que sufre su cerebro. Cantat, integrante del grupo francés Noir Desir, puede ser acusado de homicidio voluntario o involuntario, un delito castigado con entre tres y quince años de prisión en Lituania. Acusado por ahora de “agresión grave”, el músico de 39 años aseguró ayer ante el juez que se trató de un accidente y pidió perdón a los familiares de la actriz. Su abogado, Virginijus Parpitis, solicitó en vano la puesta en libertad de su cliente, tras insistir en que Cantat estaba dispuesto a cooperar y no tenía intención de dejar el país. La familia de la actriz no tiene ninguna duda de que las lesiones de Marie son fruto de golpes, pues, según su abogado, “la manera en que la encontraron es incompatible con una caída”.