ESPECTáCULOS
La historia del tornero mecánico que llegó a presidente del Brasil
A&E Mundo estrena un documental que recorre la increíble vida de Lula. De la miseria al liderazgo, un camino lleno de obstáculos.
› Por Emanuel Respighi
La vida de Luiz Inácio Lula da Silva estuvo ligada desde muy pequeño al sufrimiento, la adversidad, la lucha constante. Nacido en el estado de Pernambuco, su infancia no fue muy distinta de la de cualquier otro chico criado en el seno de una familia pobre del norte de Brasil, con necesidades mínimas insatisfechas. Séptimo de ocho hermanos abandonados a su suerte por su padre analfabeto, Lula supo sobrevivir al calor insoportable que se condensaba en la única pieza donde se amontonaba por las noches junto a sus hermanos y su madre para intentar conciliar el sueño. En ese contexto, no tardó en darse cuenta de que él –y nadie más– era el único que podía mejorar su calidad de vida. Tal vez fue esa prematura revelación la que años más tarde lo llevó a convertirse durante décadas en un referente sindical y político de las clases más desprotegidas de Brasil. Finalmente, el resultado de esa ardua lucha tuvo su recompensa: en noviembre del año pasado logró consagrarse presidente de Brasil, luego de haber caído derrotado en las tres elecciones anteriores. “Muchas gracias por existir, pues sin ustedes yo no sería nadie y no hubiera llegado adonde llegué”, vitoreó Lula a la multitud enfervorizada la noche de la consagración. Había cumplido su ansiado sueño.
Con el título “Lula: la trayectoria de un vencedor”, la señal de cable A&E Mundo estrena, este domingo a las 21, un documental que recorre en detalle la vida y obra del actual presidente de Brasil. Realizado por la TV de aquel país, el especial que se emitirá dentro del ciclo “Biografías” narra el trabajoso ascenso del histórico líder del Partido de los Trabajadores (PT), a partir de imágenes de archivo, declaraciones del propio Lula y testimonios de familiares y amigos. Además, el programa muestra imágenes inéditas en que se puede verlo de entrecasa, festejando el cumpleaños de uno de sus hijos o demostrando sus condiciones futbolísticas en un partido informal.
Vale la pena detallar algunos datos para conocer los obstáculos que debió sortear Lula hasta llegar a la presidencia, y entender el significado de su logro: a los 7 años no tuvo otra opción que ponerse a trabajar como vendedor ambulante para poder alimentarse; pisó por primera vez un aula escolar a los 10 años; nunca obtuvo un título universitario; siempre se desempeñó como tornero metalúrgico en una fábrica de ascensores; perdió a su primera mujer y al hijo que esperaba en la sala de partos por negligencia médica; estuvo detenido durante 31 días durante la dictadura militar por encabezar una huelga salarial; perdió tres elecciones presidenciales consecutivas, dos de las cuales fueron en segunda vuelta.
Otro de los datos reveladores del documental es el que señala que, en su adolescencia, Lula detestaba la política, pero que fue la insistencia de su hermano Frei Chico la que lo terminó de convencer para acercarse al movimiento sindical. Fue en esos años en los que conoció a su segunda y actual esposa, Marisa Leticia, quien desde un principio acompañó las luchas políticas del marido, fundador del PT en 1980. “Recuerdo –apunta Marisa en el programa– que iba de puerta en puerta con mi hijo en un pequeño coche, convocando a los vecinos a afiliarse y construir un partido mejor que sea sólo nuestro, de los trabajadores.” Así, puerta a puerta, vecino a vecino, el PT se convirtió en un partido de alcance nacional.
Tras las derrotas presidenciales del ‘89, ‘94 y ‘98, Lula decidió cambiar su estilo sin perder sus ideales políticos. La barba prolija, el traje de buen corte y un discurso moderado suplantaron la crecida barba, la remera roja transpirada y los ataques verbales a sus adversarios. En la campaña contra José Serra, Lula se definió como el “candidato de la paz y el amor”, y sumó a su voz crítica propuestas de gobierno. Estuvo a punto de imponerse en primera vuelta, pero la gloria recién le llegaría el 28 de noviembre, gracias a los casi 53 millones de brasileños que esta vez confiaron en su trayectoria. “La gente –explica Lula en el documental– me decía que la clase media tenía miedo de mí. Pero, ¿qué es la clasemedia? ¿Tener una buena casa, un auto, refrigerador, televisor, ir a la playa los domingos, beberse una cerveza, almorzar en un restaurante con la familia, cenar? Eso es para todos los seres humanos.”