ESPECTáCULOS
› FLAVIO Y ARIEL MINIMAL, EL ENCUENTRO DE DOS FABULOSOS CADILLACS
“No nos interesa ser para una elite”
El guitarrista y el bajista están embarcados en sendos proyectos, pero eso no les impide unir esfuerzos para el show de hoy en el Premier. Allí, Pez y Calaveralma mostrarán sus nuevos discos.
› Por Roque Casciero
El taxi cruza la ciudad desde Boedo, el barrio de Ariel Minimal, hasta Belgrano, donde queda el estudio en el que Flavio Cianciarullo graba demos de su nueva banda, Calaveralma. En un momento, en la radio aparece Vicentico y su versión del bolero “Algo contigo”, y Minimal –líder de Pez y guitarrista de Los Fabulosos Cadillacs– se ríe: “Uy, apareció Gaby, ya estamos todos”. Pero Gaby (Gabriel Fernández Capello, o Vicentico) no será de la partida en el show que esta noche compartirán las bandas de Flavio y Ariel, sus ¿ex? compañeros. Se sabe: LFC se disgregaron tras una gira exitosísima, sin planes a la vista pero con la difusa intención de, en algún momento, volver a juntarse a hacer música.
Cianciarullo, autor de hits como “Matador” y “Mal bicho”, eligió editar un disco casero (Flavio solo, viejo y peludo), mudarse por un año a Monterrey, y regresar para publicar El marplatense y retomar el trabajo con Calaveralma, que pasó de trío a sexteto. Minimal, en tanto, se concentró en Pez (con los que ya editó seis discos y prepara un séptimo, Folklore) y en un bello CD cancionero en conjunto con Florencia Flopa Lestani y Mariano Manza Esaín. El taxi que cruzaba la ciudad llegó a destino y ahora los dos músicos se abrazan, un rato antes de su primera fecha compartida (hoy a las 22, en el Teatro Premier, Corrientes 1565). “Siento que estamos haciendo lo que se nos canta el ojete”, dice Minimal, bien gráfico, para explicar qué une a Pez y Calaveralma. “Somos bandas descontextualizadas, no condicionadas ni por el mercado, la moda o la época. Se nota que somos grupos que están en su rollo. Para mí eso tiene valor: disfruto de los músicos cuando veo cierta autenticidad. Neil Young, por ejemplo, puede hacer un disco que suene todo mal, pero sé que es él, reconozco su identidad en su música. Disfruto de Calaveralma porque los vi jugando a ser una banda. Y también percibo que hay algo en común con Pez en lo sonoro, en la instrumentación.” Cianciarullo pone en claro su admiración por la banda de su ex compañero: “El 70 por ciento de mis amigos son músicos y quiero mucho lo que hacen –porque cuando uno es amigo no es objetivo–, pero la verdad es que no escucho sus discos. En cambio, de Pez y de (Norberto) Minichilo podría no ser amigo e igual los escucharía todo el tiempo”.
–Si se escucha en qué está cada uno de los Cadillacs hoy, se nota bien quién era quién dentro de la banda. Y además se ve que ustedes dos son quienes más cerca están en términos musicales, al menos en este momento.
Ariel Minimal: –Ser músico es transitar. Capaz que este momento nos encuentra cerca y que dentro de cinco años el Gordo (por Cianciarullo) está haciendo chacarera hardcore y yo, música de cámara. Vamos moviéndonos porque eso nos divierte.
Flavio Cianciarullo: –Estoy de acuerdo con eso de que cada satélite Cadillac que anda dando vueltas tiene un poco de la banda. El otro día le decía a Sergio Rotman que si ponés en una licuadora a Mimí Maura, Vicentico, Calaveralma y Pez, salen seguro los Cadillacs.
A. M.: –Eso refuerza la idea de que los Cadillacs eran un dream team.
–¿Eran o son?
Ambos: –Como se quiera (se ríen).
F. C.: –Hoy somos ex Cadillacs, porque no estamos tocando. Me atengo al presente: hoy los Cadillacs no están, mañana puede ser.
A. M.: –Igual, a veces nos juntamos en una reunión y ahí no somos ex Cadillacs, somos los Cadillacs. Está todo bien, pero cada uno está en diferentes proyectos, no vivimos de la nostalgia. Lo bueno es que seguimos hablándonos en todo momento y que nadie está enojado con nadie.
F. C.: –Siempre digo que me gustaría armar una fecha con todas las bandas que tenemos, como para hacer el licuado al final. Y que cierre Vicentico, así nos garantizamos que venga gente (risas).
–Se sabe que quedó material inédito como para un disco.
F. C.: –Hay un DVD por verse, aunque no estoy muy al tanto de qué tendría, y un montón de canciones grabadas, pero todavía no se habló depublicarlas. Me gusta mucho una época de los Cadillacs en la que habíamos instaurado ir cada quince días al Abasto y juntarnos a grabar una canción, que podía devenir en demo o en una toma para el disco. A veces llegábamos y nadie tenía nada, y empezábamos de cero.
–¿En algún momento hablaron de volver a tocar juntos?
F. C.: –Estamos esperando el momento.
–¿Y qué es necesario para que sea el momento?
F. C.: –AaAaaaahhhh...
A. M.: –¿De cuánto habíamos hablado? ¿De veinte o treinta palos verdes? (risas). Somos un dream team, hay que ponerse. No, en realidad, falta contemporizar. Estamos como desaglutinados.
–Además de ciertas coincidencias estéticas de las que hablaba Minimal, en este momento también coinciden en la forma de encarar sus proyectos más desde el llano, sin tanto apoyo detrás, como podría ser el caso de Vicentico y su carrera solista.
A. M.: –Si a mí me pasaran por radio, estaría contentísimo.
F. C.: –Pienso exactamente lo mismo. Creo que uno trata de redoblar la apuesta. No hacemos lo que hacemos para encapricharnos y pelearnos con un montón de cosas.
A. M.: –El mote de “artista de culto”, por ejemplo, es algo que usa la prensa para ubicar, para explicar. Pero cuando leo “de culto”, entiendo “que lleva poca gente”. A mí me encantaría ser masivo. No creo ni quiero que Pez sea una banda para entendidos. En seis discos, un tema lindo debo tener como para que lo pasen por la radio y que le guste a mi tía, no sólo a un flaco que compra revistas importadas.
F. C.: –¿Yo me voy a hacer el elitista? Yo hice “Gitana”... Y todo está en mí, no me divorcio de eso. Pero no me voy a hacer el canchero... Lo que sí, en un momento me interesó aprender un poco más y en eso estoy. Una vez un tipo me dijo: “Los felicito, muchachos, ahora están haciendo buena música. Cagaron, no le van a vender un disco a nadie.” Es esa ecuación simple de que si algo vende mucho es una cagada, que por cierto se da. Pero hay ejemplos de artistas buenos que venden mucho: Caetano Veloso o Jaime Roos, por nombrar algunos.
A. M.: –No es que nos interese ser raros ni de elite. Está bien que primero toco pensando en mí, en satisfacer mi interés musical, pero me encantaría llevar mucha más gente de lo que llevo.
F. C.: –Yo haría concesiones, mientras no gobernaran mi camino. Mick Jagger dice que los Stones hicieron concesiones para llegar, como haber cantado “Let’s spend some time together” porque estaban en televisión. Las concesiones mezcladas con decisiones no me parecen tan graves.