Dom 10.03.2002

ESPECTáCULOS

Lenguajes

› Por Eduardo Galeano

Una carta de amor
“No sé qué te habré hecho. ¿Quieres hablar? Bastantes años de estrés, pero siempre te quiero y espero que mejores. ¿Tenemos sitio para la ilusión? Llamaré hoy para ver qué pasa. Todos los besos.”
Traducida a la lengua SMS, esta carta se escribiría así:
“n se q t abre echo
qrs ablr?
bstnts aa d s3 pro smpr tq y spro k mjors
tnemos sitio xa ilu?
yamare oy xa ver k pasa
t2 x”
El SMS, Short Messages Service, servicio de mensajes cortos, se está convirtiendo en el idioma de muchos adolescentes del mundo y en el mejor negocio de las empresas de telefonía móvil. El nuevo lenguaje, que ya tiene diccionarios y todo, nace de la necesidad de ahorrar letras: los muchachos no pueden utilizar más que los 160 caracteres de la tarifa mínima.
Los adolescentes españoles, pongamos por caso, emiten millones de mensajes tecleando en las pantallas de sus teléfonos celulares, y ya están escribiendo más en la lengua SMS que en la lengua de Cervantes. Sus profesores están horrorizados ante las calamidades que el cambio está provocando en la ortografía y en la sintaxis de esta nueva generación.


Mea culpa
Terrorismo internacional: “Es el uso ilegal de la fuerza o la violencia, ejecutado por grupos o individuos que tienen alguna conexión con una potencia extranjera o cuyas actividades trascienden las fronteras nacionales, contra
personas o propiedades, para intimidar o coaccionar a un gobierno, a una población civil o a uno de sus sectores, con fines políticos o sociales”.
Esta definición del terrorismo es más bien engorrosa, pero tiene el valor de una confesión. Proviene del FBI, Federal Bureau of Investigations, institución oficial del país que más larga experiencia tiene en la práctica de estos menesteres en el mundo entero. (“FBI Policy and Guidelines”, 16 de febrero de 1999)

Sobre los medios
Otra definición. No es del FBI, sino de la mano anónima que la escribió en un muro del barrio de San Telmo, en Buenos Aires, en estos tiempos de crisis atroz. Y no se refiere al terrorismo internacional, sino a los medios masivos de comunicación:
“Nos mean y los diarios dicen: Llueve”.

Del nomenclator urbano
Y una definición más. En la ciudad de Porto Velho, capital de Rondonia, en la Amazonia brasileña, el barrio de los ricos se llama Banco Mundial. Así lo han bautizado, con nombre certero, los habitantes de este santuario de la buena fortuna, rodeados por la desgracia ajena.


Pórticos
Nuestro sueño es un mundo sin pobreza. (Gran cartel a la entrada del Banco Mundial, en Washington.)
Prohibida la entrada a toda persona que haya estado vinculada a la sedición. (En el hall de ingreso al Centro Militar del Uruguay, entre cuyos miembros figuran los sediciosos de uniforme que asaltaron las instituciones democráticas en 1973 y ejercieron la dictadura militar hasta 1984.)
El trabajo libera. (Pórtico del campo de concentración de Auschwitz.)

Tiempos modernos
Los alumnos de las universidades y los pacientes de los hospitales son “clientes”.
Los peluqueros son “estilistas”.
Los periodistas son “comunicadores”.
Los publicistas son “creativos”.
“Mucho gusto”, se presenta un contrabandista: “Yo soy ejecutivo de fronteras”.

Diccionario de los colores
Amarillo: símbolo del peligro, en los Estados Unidos, en los años siguientes al bombardeo de Pearl Harbor.
Azul: en la Roma imperial, color de los infiernos. Los bárbaros, para dar pánico, se teñían de azul.
Blanco: en la India, color del luto.
Negro: en la Europa antigua, símbolo de la vida.
Rojo: color que visten las mujeres chinas en la ceremonia de la boda.
Verde: color que usan, en sus anuncios de publicidad, las empresas petroleras, los gigantes de la industria química y otros benefactores de la naturaleza.

Carteles
Precios casi honestos. (En un comercio de Nápoles.)
Analfabeto: ¡Aprende a leer! (Del Ministerio de Educación de Chile, durante la campaña de alfabetización.)
No arroje sus cigarrillos aquí, porque nadie orina en su cenicero. (En el baño de un bar de Bruselas.)
Prohibido sentarse en el mostrador. (En el Correo de la Aduana de Montevideo.)
Amados feligreses: cuiden sus pertenencias. (En la iglesia de San Felipe Neri, de la ciudad de México.)
Ultima chance. Bomba tropical. Dinamita. Bomba energética. Bomba antigripal. Volcán. (Lista de jugos de frutas ofrecidos en una esquina del barrio de Laranjeiras, en Río de Janeiro.)

La letra más importante
El niño uruguayo Joaquín De Souza está aprendiendo a leer, y practica con los carteles que ve. Y cree que la letra P es la más importante, porque todo empieza con ella:
Prohibido entrar
Prohibido fumar
Prohibido escupir
Prohibido estacionar
Prohibido fijar carteles
Prohibido arrojar basura
Prohibido encender fuego
Prohibido hacer ruido
Prohibido...

Cuando una palabra es dos
En lengua de los sumerios, “flecha” y “vida” se decían igual: ti.
En el idioma maya de Yucatán, “besar” se dice ts’uts. “Fumar”, también.
En guaraní, che ha’u significa “yo como” y también “yo hago el amor”; y ñe’ê significa “palabra” y también “alma”.
En quechua, suk es “uno” y a la vez es “otro”.
En Mongolia, muhai quiere decir “horrible” o “querido”. En ruso, “eclipse” también significa “locura” y el signo chino de la palabra crisis expresa “peligro” y también “oportunidad”.
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