ESPECTáCULOS
› DEBORA PEREZ VOLPI Y JUAN MICELI LLEGAN A “EN SINTESIS”
Cambia la historia del día
Desde hoy a la medianoche reemplazarán a Santo Biasatti. “Venimos de una generación que es más frontal, sin vueltas”, señala Miceli. La pareja de periodistas acredita una larga trayectoria en Canal 13.
› Por Mariano Blejman
Canal 13 barajó y dio de nuevo. Mezcló los conductores que crecieron –algunos durante años, otros en la última década larga de la reprivatización– bajo el amparo del sol que oficia de logo del canal y los reordenó después de la despedida de Mónica Cahen D’Anvers y César Mascetti del Telenoche diario (seguirán haciendo especiales los fines de semana). Porque el 13 es así: ¿quién se va de su casa? Como sea, ya se sabe que en esta mano Santo Biasatti (que se despidió el viernes pasado con bombos y platillos) y María Laura Santillán son el pie de esta ronda: quedarán al frente del clásico noticiero que supo promediar los 20 puntos de rating a las 8 de la noche. El noticiero de Santo (que por motivos obvios ya no se llamará más así) será conducido por Luis Otero y Silvia Martínez Cassina. En el medio de esa baraja, Débora Pérez Volpi (ex Telenoche durante el verano, ex noticiero matinal, ex TN) y Juan Miceli (ex Telenoche Investiga y otros) se harán cargo desde hoy de cerrar la medianoche que hasta ahora correspondía al hombre que no ríe jamás (al menos en público) y ambos tendrán que aprender a decir: “Esta es la historia del día”. Hace doce años que Pérez Volpi y Miceli ingresaron al canal y éste es, claro, un reconocimiento a su trayectoria. “A nosotros no nos pueden acusar de nada”, dice Miceli en conversación con Página/12.
Pérez Volpi destaca que “los cambios obedecen a la idea de armar nuevos productos: de alguna manera es como si nos hubiésemos divorciado todos y nos volviéramos a casar con parejas distintas. Con Juan nos conocemos desde hace mucho. No nos han regalado nada para estar aquí. Hacer un noticiero de aire, meterte en la medianoche de la gente, es un privilegio. Es un momento en el que todos quieren relajarse... y ahí llegamos nosotros. Cuando éramos cronistas, queríamos hacer juntos un noticiero. Entramos juntos al canal y la química entre nosotros la teníamos de antes. Cuando nos dieron la noticia, fue una alegría”.
Juan Miceli: –Pero no descartamos seguir haciendo notas y crónicas fuera del “asiento” del día.
–¿Cómo entraron al canal?
J.M.: –Yo había estudiado Ciencias Políticas en la Universidad del Salvador. Pero entré a trabajar en el área comercial de América TV y estaba muy cerca de la redacción. Pedí hacer un cambio, me hicieron unas pruebas, hice una nota y me pasé. De chiquito siempre jugaba a trabajar en la radio, hacía notas en revistas del colegio. Pero en la universidad quería ser diplomático, viajar por el mundo... igual viajé bastante, pero desde otro lugar.
Débora Pérez Volpi: –Yo soy producto de la universidad pública y gratuita, y a mucha honra, orgullosa de ello. Estudié Comunicación en la UBA. Entré al canal como becaria, hice producción, empecé a ser cronista y después de cuatro años comencé a conducir en lugares de la gente que se iba vacaciones, reemplazos, etcétera. Hace seis años que conduzco distintos noticieros.
–Y se convirtieron en testigos privilegiados de “lo que pasa”...
D.P.V.: –Todos los que hacemos periodismo tenemos una curiosidad más allá de lo normal. No podemos perdernos algo, queremos estar en la vorágine. Cuando una noticia importante sucede, todos queremos ir a cubrirla. El periodismo nos hace estar cerca de estas cosas, aun desde el piso con un noticiero por conducir.
–¿No es peligrosa esa “alegría” de cubrir, por ejemplo, el suicidio de Yabrán?
D.P.V.: –No es alegría, es adrenalina de poder ver como testigo lo que pasó.
J.M.: –Igual, dentro del periodismo a mí me gusta explorar distintos géneros. También me gustaría escribir en algún momento. El periodismo de investigación en televisión nos dio la posibilidad de tener tiempo y platapara investigar en profundidad, y en esta etapa tenía ganas de conducir un noticiero. Pero no es tan fácil como la gente puede creer en casa. Es una artesanía, hay muchísima gente detrás haciendo producción, camarógrafos, editores, móviles, que son parte de la rigurosidad con la que se labura cuando se presenta la noticia.
–Que son los que dicen lo que pasa y lo que no.
J.M.: –Como decía Pierre Bourdieu, ahora en vez de decir “pienso, luego existo” se dice “lo vi en la tele, luego existe”. Pareciera que las cosas que no están en la tele no existen. Uno busca en el noticiero que le cuenten lo que pasó, aunque haya estado involucrado en el hecho. La tele construye el modo de mirar la noticia.
D.P.V.: –Y cuando presentamos, siempre estamos queriendo decir algo más de lo que decimos. Los gestos, las miradas, algún comentario. Trabajamos con toda libertad, aquí nadie nos dice lo que tenemos que decir al presentar una nota. Simplemente llevar cierto grado de coherencia, pero además participamos también en la producción y la edición. Somos periodistas, es imposible presentar algo sin saber cómo se gestó.
–En definitiva son algunas de las caras del Grupo Clarín. ¿Eso no influye?
D.P.V.: –Todos los canales tienen sus líneas ideológicas. De última, hay noticias que están y otras noticias que no están... pero no mucho más que eso. No es lo mismo cómo presenta las noticias Canal 9 que el tratamiento que les damos acá. Eso es obvio.
J.M.: –De todas maneras, es un mito eso de las censuras: no podés decir que en una marcha de 20 mil piqueteros hubo cuatro, es imposible. Porque el resto de los medios va a informar distinto. Y los medios quedan en evidencia. Hay que reflejar lo que pasa.
D.P.V.: –Los medios también se autocontrolan, la competencia te controla. Nadie puede tapar lo que pasa; el negocio es no perder la realidad.
–Y no cambiarla...
D.P.V.: –No pasa por cambiarla sino que hay líneas editoriales diferentes. Hay maneras distintas de presentar, es como el contrato de lectura de los diarios. Los diarios establecen una relación de confianza con los lectores a través de muchos años, a través de sus miradas.
–¿Se imaginaban llegar acá cuando eran chiquitos?
D.P.V: –¿A esta hora? No... (risas) Vengo de hacer un noticiero a la mañana.
J.M.: –Profesionalmente, salto en una pata. Venimos de una generación más frontal, sin vueltas para decir lo que pensamos, y tenemos los legajos limpios: a nosotros nadie nos puede acusar de nada. Somos jóvenes todavía.
D.P.V: –Queremos hablar como si estuviéramos en el patio de casa. Pero para sobrevivir a tanta exposición hay que merecerse este lugar.
–¿Quién va a decir: “Esta es la historia del día”?
D.P.V.: –Ay, no sé, a mí me encantaría, pero nos vamos a tener que turnar.