ESPECTáCULOS
› BUENOS AIRES NEGRO, EN EL FESTIVAL DE TANGO
La música en los márgenes
Aunque no hace estrictamente tango, la agrupación tiene una indudable esencia tanguera. Pero también hay rock, algo de jazz y mucha crónica urbana, bien plantada en el siglo XXI.
› Por Karina Micheletto
“Buenos Aires Negro. Cuando el tango se pudre”, advierten en todas sus presentaciones, debajo de su nombre, los integrantes del grupo. “Como para que no se claven las viejas de tapado que van a escuchar cantar a un tipo con moñito, y tengan que salir corriendo”, sonríe para el costado Peche, el cantor de Buenos Aires Negro. Es cierto que este no es un grupo de tango, estrictamente. Aunque hagan tango. Es que, como incluyen poderosos sets con batería, bajo, guitarra eléctrica, bandoneonazos potentes y un trío de caños bien al frente, la cosa se pone un tanto power. Y eso sin contar que las letras, todas de autoría de Peche, abrevan mayoritariamente en historias podridas, marginales, sucias. Negras. Buenos Aires, están seguros estos músicos, es negro, y eso es lo que se escucha en su música. Y es lo que podrá escucharse hoy a las 20 en la sala A-B del Centro Cultural San Martín, donde el grupo actuará junto a La Chicana, en el marco del Festival de Tango.
Con un disco debut que es correcto pero que no refleja lo que se escucha en el vivo, Turra vida, Buenos Aires Negro está por empezar a grabar un nuevo trabajo, siempre con letras propias. En sus shows el grupo reúne a un público heterogéneo, de diversas edades, aunque, aseguran, cada vez más joven. “Se corrió la bola y están viniendo muchos pendejos. También nos ha pasado de tocar en un club cualquiera y que la mitad del público salga rajando”, dicen con tranquilidad.
Buenos Aires Negro toma algo de Piazzolla, algo del tango del ‘40, algo de rock del ‘70, un poquito de jazz, lo bate y lo sirve a gusto. ¿Es tango? No interesa, dicen. “Llamalo tango o como quieras. Es el sonido que nosotros le encontramos a Buenos Aires”, se despreocupa Ricardo Culotta, el trompetista. “Quizá comercialmente nos convendría decir que hacemos rock. Así no tendríamos que andar dando tantas explicaciones. Pero queremos defender lo que tenemos de esencia tanguera”, agrega Peche.
Peche no puede mencionar a otros que estén en su mismo camino compositivo en la actualidad, pero sí tiene seleccionado un grupo de autores fundamentales: Centeya, González Tuñón, Discépolo, Moris, Leonardo Favio... Un combo que se ajusta bastante bien, si se piensa, a las letras que surgen de su pluma: “Los pobres duran pocos años, no es como en Belgrano, que no se puede caminar, de tanto viejo que hay”, dice la letra de El resentido, con una síntesis de observación que agobia. “Las flores amarillas del sillón, y la pared, se parecen un poco a nosotros dos. Los girasoles del jarrón, sin sol, tienen la vista muerta contra la pared (...) Naturaleza muerta, se parecen un poco a nosotros dos”, describe Girasoles, un tema del próximo disco, no apto para escuchar un domingo a las siete de la tarde con desamores a cuestas.
“Lo que escribo es lo que vivo todos los días, lo que veo en la calle, ya sea en Once, donde vivo ahora, o en Soldati, donde pasé mucho tiempo, hasta que me tuve que ir por motivos de salud”, explica Peche. Fue en el IMPA donde conoció a Culotta (milita en el Movimiento Nacional de Empresas Recuperadas), y a partir de ahí empezaron a sumarse los otros: el bajista Norberto Córdoba, el flautista Juan Pablo Di Leone (ambos tocan también con Chango Farías Gómez), el trombonista Pablo Giménez (es bajista de La Portuaria), Pablo Yanis en bandoneón (fue reclutado mientras tocaba en el subte), Mariano Pini en guitarra, José Luis Colzani en batería y Willy Raimondi en percusión.
–Hasta no hace tanto hubiera sido imposible que ustedes fueran programados en un festival oficial de tango. ¿Qué creen que pasó?
Peche: Me parece que cambió el país. Formamos parte de una camada de gente que quiere ocupar espacios y que pelea por ellos. Además, como el rock está tan aburrido, tan muerto, lo que queda es la música que te define como país. Y bueno, acá estamos nosotros.
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