ESPECTáCULOS
› EL FESTIVAL CANTA LOBOS RECUERDA A TEJADA GOMEZ, DAVALOS Y YUPANQUI
Los poetas que hicieron piedra y camino
› Por Cristian Vitale
“Mi canción es un libro que se escribe con el viento. Todos pueden cantarla y llevársela lejos, yo sé que cuando vuelva tendrá un sonido nuevo.” El sentido cíclico de la frase de Armando Tejada Gómez opera como una síntesis apropiada para definir la ocasión: Lobos, el pueblo donde mataron a Juan Moreira en 1874 y donde nació Juan Perón 21 años después, es el escenario de un homenaje relevante a tres grandes poetas de la música popular argentina: Armando Tejada Gómez, Jaime Dávalos y Atahualpa Yupanqui. A cada uno, artistas consagrados del folklore actual le rinden tributo de a uno por vez. Anoche, Laura Albarracín y Víctor Heredia –entre otros– ofrecieron sus canciones a Tejada; hoy, Julio Lacarra, Teresa Parodi y Peteco Carabajal homenajearán a Dávalos, y mañana Claudio Sosa, Mónica Abraham y Jairo pondrán sus voces al servicio del legado de Atahualpa. El festival “Canta Lobos, 1er. encuentro del canto y la poesía”, se lleva a cabo en el Parque Municipal Hiriart. Lo recaudado será destinado a unas 15 instituciones de bien público de Lobos, Navarro, Cañuelas y Roque Pérez.
“Cuando conocí Lobos me trajo a la memoria mi ciudad de Monteros, en Tucumán. Es lindo sentir la ansiedad que tiene la gente por el evento, además es un desafío estar en un festival atípico en su programación y en su duración”, dice Claudio Sosa. El festival, transmitido en directo a todo el país por Radio Nacional, incluye la participación de amigos y familiares de los homenajeados –Roberto Chavero, hijo de Yupanqui, entre ellos– para que diserten acerca de sus vidas. También funcionan peñas –la del Colorado por caso– hasta altas horas de la madrugada.
Esta noche, la de Dávalos, espera a Teresa Parodi y Peteco Carabajal, más Coqui Sosa y Julio Lacarra. “Personalmente no tengo una conexión directa con Dávalos... pero reconozco que fue uno de los puntales de la poesía argentina. La obra que hizo con Falú es de lo más exquisito que se hizo en materia folklórica”, manifiesta Carabajal. El santiagueño estuvo presente la última vez que el hacedor de Zamba de la Candelaria se presentó en público en 1981, poco antes de su muerte, en el festival Defensa de la Cultura Nativa, que se hizo en el Luna Park. “Aquel día escapó al control oficial, habló y muchos dijeron ‘que bochorno’, porque estaba medio tomado. Pero yo lo escuché atento... dijo algo impresionante: era la voz del intelecto folklórico que se manifestaba con rebeldía, profundidad y dolor.” Aquella jornada, recuerda Peteco, fue registrada por las cámaras de ATC. “No recuerdo si se editó, pero sí que Jaime habló del dolor de América y de la entrega que el gobierno estaba haciendo del patrimonio cultural. Me quedó grabado ese día.” Además de El Baile, Peteco prevé recrear una versión de La vidala del nombrador de Dávalos.
El cierre tendrá como guía a Yupanqui. “Fue único e irrepetible, como Gardel. Ha marcado rumbos en todo sentido. No sé si alguna canción puede llegar a igualar a Piedra y camino, una especie de top de la música argentina”, señala Jairo, que clausurará el evento. Interpretará clásicos como El arriero y La chacarera de las piedras y contará algunas anécdotas relacionadas con Yupanqui. Sosa cita una de las tantas máximas que el poeta dejó (“cantor que canta a los gritos no escucha su propio canto”) y añade. “El mejor homenaje que podemos hacerle es seguir adelante con propuestas que representen el sentir del pueblo; el homenaje no se da solo cantando sus temas, hasta a veces deformándolos de manera innecesaria, sino continuando con el legado ideológico que debe tener una canción que se pretende popular.”