ESPECTáCULOS
“En Argentina, el cable es un lujo”
Carolina Padula, directora de programación para América latina de la señal Sony, cuenta su estrategia para retener telespectadores.
› Por Julián Gorodischer
La crisis económica ha impactado de lleno en la televisión que se ve en la Argentina: la inversión publicitaria cayó en picada, numerosos programas desaparecieron, las series llegan a menos gente. Carolina Padula, mujer menuda y amable que decide la programación de Sony para Latinoamérica, no maneja el tono velado y promocional de otros altos mandos. Suena franca, sincera, cuando dice: “Sufrimos el golpe de la crisis y llegamos a menos hogares”. Es que, aunque no haya cifras globales oficiales, en su carácter de sistema pago, la televisión por cable ha estado registrando mes a mes la problemática económica global. En el caso de Sony, en muy pocos meses deterioró significativamente su nivel de penetración en el público argentino. Como primer resultado de esta etapa de la crisis, Perú se incorpora y la Argentina sale del listado de mercados más importantes para la ficción televisiva. Pese al contexto, el canal de las series no planea retirarse del juego: quiere proponer una suerte de contrapunto a la pesadilla cotidiana. “Tener más presencia en las calles –enumera Padula–, recordar a los argentinos que estamos ahí a pesar de todo. Vamos a ofrecer un mundo que conecte con otros estilos de vida, se comporte como un amigo, posibilite el disfrute.”
–¿Cómo repercutió la crisis argentina en un gigante como Sony?
–La devaluación afectó el poder adquisitivo de la gente, y está claro que en la Argentina de hoy el cable es un lujo, o tiende a serlo. La gente tiene que invertir para tenerlo, y eso en este tiempo es difícil. Sufrimos la reducción de ciertos operadores (como Supercanal, que llevaba Sony al interior del país), que en diciembre dejaron de transmitir la señal de todos los canales del grupo HBO. Fue el reflejo de la crisis, un golpe fuerte que nos hace llegar a menos hogares.
–¿Se abre la era de “series para unos pocos”?
–De haber tenido una penetración del 90 por ciento de los abonados a servicios de cable, nosotros pasamos a un 74 por ciento, lo cual trae pérdidas económicas. Pero la idea no es retirarse sino hacerse más fuerte en ese 74 por ciento que nos queda. Lamentablemente no tenemos injerencia sobre el acceso porque lo manejan los servidores de cable. La única alternativa que podemos ofrecer a los fanáticos es enterarse de lo que está pasando en Sony a través de Internet, para conocer nuevas series, sinopsis, concursos y eventos.
–¿Cómo definiría al argentino en tanto consumidor de series?
–Hemos comprobado que las series que más se adaptan a las exigencias del público argentino son los dramas para jóvenes como “Dawson’s Creek” o “Charmed”. Tienen un desempeño muy alto que es seguido por comedias como “That 70’s Show” o “Will and Grace”. Programas más complejos, como “The District” o “Everybody loves Raymond” no son tan fuertes. El de la Argentina es un tipo de público fiel y fan, muy educado en cuanto a conocimientos de programas, que conoce de memoria el orden de los capítulos y pide información adicional. Se toman el tiempo de escribir, de preguntar qué otras series están por lanzar los productores de “Dawson’s...”, su serie favorita.
–En un ranking de series preferidas por los argentinos, ¿cuál encabezaría?
–Hay una serie que los argentinos aman, y que en ningún otro lugar tuvo tan alto desempeño: “The Nanny”, o “La niñera”. La llegaron a comparar, incluso, con “Yo amo a Lucy”. La vieron como una novela, pero irónica y sarcástica.
–¿Influye el gusto argentino para que una serie se programe, se mantenga o salga de la pantalla?
–El destino de una serie se juega en los Estados Unidos. Latinoamérica no decide. Si fuera por los intereses de los argentinos, “The Nanny” seguiría produciéndose, y sería la serie número uno. Pero en el Norte novenía bien, había cumplido su ciclo y casaron a los personajes para darle un final. Con “Felicity” pasa lo mismo: en la Argentina causa furor, pero en los Estados Unidos decayó en rating, no pudo mantenerse y la cancelaron. En estos casos, lo único que podemos ofrecer a Latinoamérica es reprogramar la serie, repetirla y convertirla en un clásico, como sucede con “Seinfeld”.