ESPECTáCULOS
Como “Los Simpsons”, pero en versión carne y hueso
MTV estrena este fin de semana “The Osbournes”, un reality show que se mete en la casa de Ozzy Osbourne, ex líder de Black Sabbath, referente del heavy metal satánico y maniático de tiempo completo.
› Por Roque Casciero
La inmensa mayoría de los seguidores de “Los Simpsons” seguramente habrá atesorado la ilusión de, algún día, conocer a una familia como la que componen Homero, Marge, Bart, Lisa y Maggie, pero de carne y hueso. También es probable que más de un productor de televisión se haya relamido durante años calculando las ganancias que podría generar encontrar unos tipos así. Pues bien, MTV los halló. Y no tuvo que hacer ningún casting especial: simplemente le alcanzó con ver los resultados que había dado filmar a la familia de una estrella de rock para un programa anterior. “The Osbournes”, que la señal de cable estrena este domingo a las 21, es un reality show con tanto de realidad como de espectáculo, porque retrata el día a día de Ozzy Osbourne, su esposa Sharon y sus hijos Kelly y Jack. O sea, personas comunes –y a la vez personajes de lo más extravagantes– que pueden provocar carcajadas por ser como son. Con eso les sobra.
El Homero de la familia es Su Majestad Satánica Ozzy Osbourne, rockero descontrolado si los hay. Es milagroso el solo hecho de que Ozzy siga con vida después de las toneladas de drogas y océanos de alcohol que pasaron por su cuerpo, aunque a eso le agregó detalles como el de morder un murciélago con rabia durante un concierto. Pero su fama no sólo está basada en los excesos: en buena medida, es responsable de la existencia del heavy metal. Ozzy lideró Black Sabbath, banda fundamental del género tanto por su música pesada y cautivante como por su iconografía repleta de imágenes satanistas y sus shows impactantes. Como solista, el cantante también logró buenos trabajos (especialmente cuando lo acompañaba el guitarrista Randy Rhoads), aunque en muchos momentos su carrera se convirtió en una especie de farsa. De todos modos, Ozzy siempre se las arregló para mantener su status de estrella, para seguir siendo un showman espectacular (cosa que sus fans argentinos pudieron apreciar en directo) y para vender millones de copias de cada uno de sus discos.
Con todo lo que tiene de personaje un tipo capaz de morder un murciélago vivo, el resto de los Osbourne no le van en zaga. Sharon también es su manager desde que el cantante inició su carrera solista y organizó el exitoso festival itinerante Ozzfest. Ella es, claramente, la columna en la que se sostiene la familia. Aimee, la mayor de las hijas, se negó a aparecer en el reality show. Y recibió la justificación de papá Ozzy: “No quería que se la asociara con nosotros, los lunáticos”. Kelly (16) y Jack (15) se ajustan bastante bien a esa descripción. Como dos típicos adolescentes, se pelean todo el tiempo, se pintan el pelo o se hacen cortes ridículos, y son los encargados de explicarle al padre cómo se usa un control remoto. Pero, además, suelen andar con cuchillos y arman cajas de mudanzas con rótulos como “cosas muertas”. Lógico: más de una vez fueron esos chicos quienes ayudaron a entrar a casa a un Ozzy a punto de desfallecer.
El reality show de MTV –que en Estados Unidos siguen 30 millones de personas, record para un programa de cable– es también una comedia verídica en la que Ozzy da rienda suelta a su histrionismo, a pesar de que sus excesos hicieron mella en su físico. Verlo perseguir a un gato extraviado o besando a su mujer (para el enojo de Jack) y a sus perros no hacen más que desmitificar un poco su figura. Desde ahora, en la mente de sus fans deberá convivir la imagen del showman bestial con la del Osbourne de entrecasa, el que anda en cueros o el que no sabe cambiar los canales del televisor. Pero, como Ozzy es Ozzy, también anda por la casa con una escopeta y putea a mansalva (como para establecer un record de beeps censores en la historia de MTV). Cuando le preguntaron por qué su familia había aceptado que técnicos, cámaras y micrófonos se metieran en su vida desde octubre del año pasado, Sharon aseguró: “Simplemente pensé que Estados Unidos necesitaba ver lo que es una familia normal”.