ESPECTáCULOS
› LAS RAZONES DEL REGRESO DE “CAIGA QUIEN CAIGA”, POR MARIO PERGOLINI
“Ya no nos sirve maltratar políticos”
A partir del lunes, por Canal 13, habrá una versión aggiornada de un clásico televisivo de los años del menemismo. “De algún modo, la clase media nos robó parte de nuestro trabajo”, define el conductor sobre las razones del cambio.
› Por Emanuel Respighi
Tras un descanso de casi dos años y medio, “Caiga quien caiga” vuelve a la televisión. A pesar de que aquella despedida de diciembre de 1999 parecía marcar el final del programa de humor político que durante un lustro desgarró con ironía a la clase política nacional, el ciclo encabezado por Mario Pergolini, Juan Di Natale y Eduardo De la Puente regresa tras las dos funciones especiales que a fines de 2001 realizó en el Gran Rex. El lleno de la sala y la buena medición que tuvieron las dos compilaciones que Canal 13 puso al aire sirvieron de disparadores para que el ácido humor de “CQC” aterrizara en una nueva pantalla. El pase de América al 13 es una arriesgada apuesta para el programa que cosechó sus mejores mediciones en la pantalla de América: está obligado a aportar en la lucha por el rating contra Telefé. “Si llegamos a medir los mismos puntos que hacíamos en América, nos van a pegar una patada que va a doler mucho”, sintetiza Pergolini a Página/12. “Pero no nos importa el rating, porque el programa apunta a un público cautivo muy dirigido y a una serie de anunciantes que les interesa pautar en ‘CQC’. Lo que garantiza cierta rentabilidad que, para esta actualidad, es tal vez más relevante que medir 30 puntos.”
El ciclo periodístico, producido por Cuatro Cabezas, tendrá en esta nueva etapa dos bajas importantes: ni Daniel Tognetti (afianzado en su rol de co-conductor del periodístico “Punto.doc/2”) ni Andy Kustnezoff (que se las ingenió como anfitrión en el reality show “El bar”) serán de la partida. Los que sí continúan serán Nacho Goano, Daniel Malnatti y Gonzalo Rodríguez, a los que se le sumarán otros dos noteros. Pero más allá de los cambios de nombres, Pergolini sostiene que el espíritu de “CQC” se mantendrá inalterable, aunque no así el grueso de sus contenidos. “Cuando nos planteamos los contenidos que tendría el programa, dada la realidad del país, nos preguntamos: ¿vale la pena continuar persiguiendo a los políticos, teniendo en cuenta que ya todo el mundo sabe lo que son? Indudablemente ya no nos sirve, porque la sociedad está al tanto de la corrupción y las contradicciones de todos ellos. Hacer lo mismo que en la etapa anterior no serviría, porque nos quedaríamos en un contenido y una crítica muy light. Sería algo repetitivo y cansador”, analiza Pergolini.
–¿Cuáles serán las modificaciones en esta temporada, entonces?
–En lo que refiere a la estructura básica del programa, mucho no cambia. La diferencia es que este año utilizaremos un poco más la tecnología, un recurso que aún no se explotó demasiado en el país. En cuanto a los personajes a seguir y en los que enfocaremos la atención, creo que los sucesos de los últimos meses cambiaron el blanco al que deben apuntar nuestros dardos. Ahora no sólo vamos a perseguir a los políticos para que pisen el palito o para que expliquen lo inexplicable, porque la gente ya los desenmascaró. Hoy por hoy la cosa no pasa por la credibilidad que tiene tal o cual político, ya que ninguno tiene siquiera algo de credibilidad en la sociedad. Están todos desacreditados. En este sentido, podría decir que la clase media nos robó parte de nuestro trabajo.
–¿Es decir que ampliarán un poco la visión de la temática a tratar?
–Sí, porque más allá del desastre institucional por el que atraviesa el país, la noticia que también les interesa a los argentinos es la pelea entre Silvia Süller y su hermano, por ejemplo. Querramos verla o no, esa es la Argentina de hoy. En la apertura del programa intentamos justamente reflejar eso: la manera en que la farándula y la pobreza conviven a la par. Por eso, además de desenmascarar la incompetencia de algunos políticos, nos detendremos también en los referentes del mundo de la farándula o en los diversos periodistas que conviven hoy en la TV. Periodistas que, sin excepción y cada cual a su manera, creen ser poseedores del discurso de la verdad y de la solución del país.
–¿La delicada situación económica, social e institucional que vive el país modificó el estilo con el que “Caiga quien caiga” aborda la realidad?
–No, para nada. La clave del programa, que es la forma en que trabajamos las notas, va a permanecer. Por supuesto que el humor característico de “CQC” estará presente a cada instante, aunque tal vez este año tendrá un tinte más negro, más oscuro. Y además le agregaremos ciertos elementos ficcionales al programa. Pero, obviamente, no es que vamos a hacer sketches. Nada que ver. La idea es que a partir de la mezcla de nueva tecnología, buenos guiones y hechos reales, podamos tocar ciertos temas que de otra manera no se podrían hacer, ya sea porque las personas de renombre no aceptarían, o por la extrañeza de las situaciones. Habrá una sección nueva, “CQC estuvo ahí”, que se encarga de repasar ciertos hechos a través del archivo. En el primer programa, haremos un repaso por las declaraciones de De la Rúa para intentar entender los motivos de su renuncia.
–¿Qué lo llevó a volver, después de sus afirmaciones en 1999, cuando dijo que no aguantaba más dar la cara en televisión?
–Aunque muchos no lo crean, no se trata de dinero, porque la verdad es que no hay un mango. La realidad actual fue la que nos alentó a volver. Sentimos que, a contraposición de lo que pensábamos, “Caiga...” se fue justamente en el momento en el que emergió la realidad que mejor le encuadraba al programa. Para “CQC”, la realidad actual tiene el mismo significado que la manzana posee en el paraíso. Y si bien hay programas que ahora comenzaron a hacer humor político o humor con los políticos, creo que en algún punto son transeros. Porque no tienen la intención de críticar desde el humor. Contar chistes con personas nefastas para que creamos que son como nosotros es muy cru humor. Por eso volvemos.