Además de ser doctor en filosofía y escritor, Fernando Buen Abad es director de cine. En esta faceta, se graduó en la Universidad de Nueva York y lleva filmadas unas 36 películas entre México y Estados Unidos. Tiene entre sus antecedentes la jefatura de programación del Canal 11 de México, el canal cultural del Estado azteca. “Me interesa indagar en la creación. ¿De dónde proviene el acto de crear?”, se pregunta ante Página/12. “Algunas respuestas las esbocé en Filosofía de la Imagen –su libro más reciente–, donde me dediqué a la relación entre lo audiovisual y la filosofía, un problema central de este tiempo.” Director de la Universidad Abierta –que conecta virtualmente estudiantes de todo el continente–, estuvo en la Argentina, invitado por el Movimiento de Documentalistas Argentino. Dio una conferencia y se proyectaron La cobertura encubierta y Cuando la justicia se hace pueblo, dos documentales de 30 minutos, relacionados con dos hechos clave del México reciente: la creación de la policía comunitaria en Guerrero y la huelga en la Universidad Nacional. “Ambos hechos pueden verse como efectos de la insurrección en Chiapas, que provocó un impacto fuerte en la construcción simbólica de una nueva rebeldía. Parecía que entrábamos al Primer Mundo con el acuerdo de Libre Comercio y toda esa historia que vendió Salinas de Gortari, pero la voz del pasado, la de los indios, vino a decirnos que no... que la historia va hacia otro lado.”
La cobertura encubierta da cuenta de la manipulación mediática que provocó la huelga universitaria. Cuando la justicia se hace pueblo muestra la iniciativa popular de comunidades indígenas de montaña, en Guerrero, que decidieron hacerse cargo de la Justicia y crear su propia policía para combatir robos, homicidios y violaciones. “Es un ejemplo de autoorganización del pueblo. Ahora andan por el mundo dando conferencias sobre cómo lo lograron”, informa Abad, para quien la importancia de La cobertura... pasa “por la resignificación de la palabra huelga, que se volvió hueca, se desgastó tanto que ya no reivindica lo que implica. Lo de la UNAM significa volver a pensarse como ente activo en la formación de la universidad... Este proceso constituye una experiencia importante, porque no se trata sólo de reivindicaciones económicas sino de preguntarle al otro, al patrón, para qué está. Si tu base de razonamiento no es la plusvalía, entonces cuál es. Pocas veces una huelga ha sido tan convocante como para instalar asambleas, plantear espacios horizontales de pensamiento. Tener profesores, estudiantes, investigadores y teóricos sentados a la misma mesa pensando una universidad distinta es atípico”.
–El documental también alude a una cuestión de manipulación mediática.
–Es un lugar común el modo en que se manipula la información en Latinoamérica. Es un trabajo tan sistemático que en México hay como 60 mil profesionales trabajando en eso. Aquí radica la importancia de hacer documentales que nos permitan ver la realidad desde otro enfoque.
La Argentina no es un lugar lejano para Abad. No sólo por motivos afectivos –se casó con una argentina y viene asiduamente–, sino por lazos de identidad y respeto. “En México conocí a argentinos importantes. Con Rodolfo Puiggrós coincidimos en un congreso donde dimos una conferencia. Fue un placer charlar con él, recuerdo que ya en ese momento él hablaba de una Argentina dolorida.”
–¿Qué opina del estallido documentalista en América latina?
–Es saludable ver jóvenes pensando el documental... pero hay también un pragmatismo desmedido. Parece que todo depende de agarrar la cámara y salir “a la fama”.
–¿Falta preocupación por las cuestiones estéticas?
–Y poéticas. Por eso nos compete indagar acerca de esta problemática. Abrir espacios es el objetivo de la Universidad Virtual. Dada la influencia del documental, no vale desperdiciar la oportunidad por no estudiar la metodología, teoría y filosofía que involucra.
–¿Usted no ve una urgencia en este empirismo?
–Así es. Pero urgencia no tiene por qué ser sinónimo de imprudencia.
–¿Cuál fue su última realización en cine?
–Un documental sobre cartoneros en la Argentina, vinculado con la tragedia de la gente que come basura en las calles. Y Noticias del Imperio, una película basada en un libro de Fernando del Paso, novelista mexicano.
–¿Qué elemento une las realidades de los países latinoamericanos?
–El FMI. Pero más que identificarnos el opresor, nos identifica la necesidad de libertad. Todos estamos tratando de articular una fuerza que diga basta al hambre y a los atropellos. Este tipo de documentales demuestran una vía óptima para hermanar soluciones.