ESPECTáCULOS
› EL 3º CONGRESO DE LA LENGUA VA TOMANDO FORMA
Los ritmos propios del idioma
› Por Silvina Friera
Hace unos meses, la subsecretaria de Cultura de la Nación, Magdalena Faillace, le dijo a Página/12 que el Tercer Congreso de la Lengua, cuyo lema es “Identidad lingüística y globalización”, no podía ser considerado un trauma, a pesar de las dificultades organizativas propias y ajenas. Superado el temor de que el encuentro más importante para la comunidad hispanoparlante –que se realiza cada tres años– naufragara en el mar de las buenas intenciones y las complejidades burocráticas, ahora comienza la etapa del despegue. “El silencio no significa que no estuviéramos trabajando, sino que simplemente no teníamos novedades para anunciar –se excusó Faillace–. Este congreso es un hecho cultural del gobierno nacional y estamos seguros de que va a salir muy bien. Los argentinos estamos orgullosos de que se haga en nuestro país.” Acompañada por el jefe de Gabinete del Instituto Cervantes, Javier Lanza; el director de Patrocinio, Enrique Camacho, y el presidente de la Academia Argentina de Letras, Pedro Barcia, la subsecretaria de Cultura confirmó que el aporte del Estado nacional será de 100 mil pesos, “que no se van a usar porque serán depositados en la cuenta de la Fundación Parque de España”. Además, anunció que habrá aportes privados para la instalación de la sala de prensa y comunicaciones del congreso, que costaría aproximadamente 250 mil pesos, según un presupuesto elaborado por la Secretaría de Medios.
El congreso, que se realizará del 17 al 20 de noviembre, organizado por la Real Academia Española (RAE) juntamente con todas las academias de la lengua española, y el Instituto Cervantes, no sólo será financiado por estos dos organismos, la propia Secretaría de Cultura, el gobierno de Santa Fe y el municipio de Rosario, sino que también recibirá dinero de diversas empresas y entidades, argentinas y extranjeras. “El Estado está ofreciendo una estructura al servicio de este congreso, de ninguna manera se puede decir que no está aportando nada. El aporte del gobierno nacional no es simbólico, porque está haciendo un esfuerzo muy grande”, subrayó Faillace. El Instituto Cervantes transferirá la próxima semana una parte de los 175.000 euros prometidos por la institución. Pero además, Enrique Camacho, uno de los cerebros y expertos del congreso en Valladolid, se instalará en Buenos Aires para armar un pequeño grupo operativo, integrado por algunos de los miembros de la Comisión Ejecutiva, que preside Faillace.
“Le seguimos reclamando e implorando al presidente de la Real Academia Española (Víctor García de la Concha) que no nos haga esperar hasta el 12 de julio para tener los nombres definitivos de los panelistas y conferencistas, que en su gran mayoría ya están confirmados. Le pedimos que nos permitan hacer difusión de esos nombres para instalar los contenidos y la trascendencia cultural de este congreso. Porque si no de lo único que se habla es de si tenemos plata para hacer el congreso y quiénes van a ser los sponsors”, protestó Faillace por la excesiva reserva y prudencia con la que se maneja la RAE. Sin embargo, Carlos Fuentes, Juan José Saer, Héctor Tizón, José Saramago, Mario Vargas Llosa, Alvaro Mutis, Guillermo Cabrera Infante, Mempo Giardinelli y Angélica Gorodischer son algunos de los nombres que se instalaron con fuerza entre los invitados.
Los enviados españoles del Instituto Cervantes llegaron a Buenos Aires para ultimar detalles de la organización y para definir el nombre de la empresa que se encargará de la logística, elección que se conocerá próximamente. “Sabemos que una lengua conlleva un imaginario, una cultura, códigos de múltiples formas de comunicación y que implica la soberanía de las naciones. El español es un instrumento común para hacer intercambios culturales, educativos y acuerdos comerciales”, señaló Faillace.