ESPECTáCULOS
› “KUBRICK EN BLANCO Y NEGRO”, POR LA SEÑAL RETRO
El estilista de la violencia
El ciclo repasará algunos de los primeros trabajos del gran Stanley Kubrick. Hoy a las 22 se pondrá en pantalla La patrulla infernal.
› Por Luciano Monteagudo
No hay acá ninguna película que no se pueda conseguir en un buen videoclub, y tampoco son un estreno para la TV por cable, pero aun así vale la pena celebrar el pequeño, ajustado ciclo Kubrick en blanco y negro con el que a partir de hoy la señal Retro repasará, durante lo que queda de agosto, algunos de los primeros trabajos de este cineasta fuera de norma. Se trata de Marcado para morir (1955), Casta de malditos (1956), La patrulla infernal (1957) y Doctor Insólito (1964), cuatro films que ya entonces hablaban de un talento muy particular, de un director que llegaría a convertirse para buena parte de la crítica en el epítome del “genio cinematográfico”, una cruz con la que él mismo no tuvo ningún problema en cargar. Ya hacia mediados de la década del ‘50, Guillermo Cabrera Infante, con su mirada siempre preclara para el cine, afirmaba: “Kubrick, que según la revista Time parece un Marlon Brando mal alimentado y que afirma que hará cintas baratas y buenas, porque las dos bes no son incompatibles, no será un genio, un nuevo Orson Welles, como lo han llamado, pero no hay duda de que es el talento más prometedor que tiene Hollywood hoy día. Habrá que vigilarlo y esperar sus films con avidez. Tiene aspecto de poder producir más de una pieza maestra”.
Sucede que Stanley Kubrick (1928-1999), que disfrutó de una fama muy temprana como fotógrafo de la revista Look, se había lanzando por su cuenta a dirigir y producir sus propias películas, al margen de los grandes estudios de Hollywood. Entre 1951 y 1952 hizo dos breves documentales y al año siguiente se animó con su primer largo de ficción, el hoy inhallable Fear and Desire, sobre tres soldados y un teniente perdidos tras las líneas enemigas, un tema que prefigura al de Nacido para matar (1987), acerca de un batallón en el infierno de Vietnam. Pero sería Marcado para morir (Killer’s Kiss) la película con que Kubrick comenzaría abrir los ojos de muchos. Escrito, producido, fotografiado y dirigido por él mismo, este policial de apenas 67 minutos de duración es un depurado ejercicio de estilo de cine negro, filmado en escenarios naturales de Nueva York, la ciudad natal de Kubrick.
Entusiasmado por los resultados de Marcado para morir, que ponía en escena un triángulo equilátero cuyos vértices eran un boxeador derrotado, una bailarina de cabaret y un gangster, el director insistiría con el género policial y su película siguiente, Casta de malditos (The Killing), bien puede considerarse –a los 28 años– su primera obra maestra. Inspirado en una novela de Lionel White, Kubrick, con ayuda en los diálogos de Jim Thompson (uno de los escritores más oscuros de la série noire), narra con un virtuosismo formal inapelable, apelando a múltiples puntos de vista, el asalto a un hipódromo, un golpe condenado por la fatalidad. “El cine policial es como una corrida de toros –declaraba por entonces Kubrick–, tiene un ritual y una norma según la cual el delincuente no se saldrá con la suya”.
A este puro fatum, Kubrick le opuso en La patrulla infernal (Paths of Glory), protagonizada por Kirk Douglas, la rebelión contra el determinismo de la guerra. Basado en un oprobioso hecho real sucedido en el ejército francés durante la Primera Guerra Mundial, el director hizo, según Cabrera Infante, “el film de guerra ideal: aquel que ayuda a conseguir que las guerras sean lo que siempre debieron ser: no una visión premonitoria sino un mal sueño, una pesadilla que se olvida, una película”.
Con Doctor Insólito (Dr. Strangelove or How I Learned to Stop Worrying and Love the Bomb), ese mal sueño ya pasaría a ser la pesadilla atómica, la posibilidad de un holocausto nuclear, pero visto a través de la lente deformante de la farsa, protagonizada por Peter Sellers. Lo curioso es que el humor negro del film surgió cuando Kubrick –un director que nunca se caracterizó precisamente por su humor– descubrió que no podía tratar el tema en serio. “Después de todo, ¿qué podía ser más absurdo que la idea de dos potencias atómicas deseando borrar todo rastro de vida humana por diferencias políticas?”, se preguntaba SK. Y se respondía: “Dentro de un siglo, esas diferencias parecerán tan sin sentido como los conflictos teológicos en la Edad Media”.
* La patrulla infernal se verá hoy (22 hs.) y domingo 15 (18 hs.). Marcado para morir, el lunes 16 (22 hs.) y domingo 22 (18 hs.). Doctor Insólito, lunes 23 (22 hs.) y domingo 29 (18 hs.); Casta de malditos, lunes 30 (22 hs.).